Una investigación dirigida por la Universidad de Bonn (Alemania) y publicada en la revista Cell, concluyó que el sistema inmune reacciona de manera similar a una dieta alta en grasas y alta en calorías que ante una infección bacteriana.La comida poco saludable parece hacer que las defensas del cuerpo sean más agresivas a largo plazo, incluso mucho después de cambiar a una dieta saludable.
Pruebas con dieta occidental
Los científicos realizaron un experimento con ratones. Durante un mes les administraron la llamada «dieta occidental»: alta en grasas, alta en azúcar y baja en fibra, para equiparar como si un ser humano se alimentara de comida rápida durante todo un mes. Tras este periodo, los animales desarrollaron una fuerte respuesta inflamatoria en todo el cuerpo, casi como después de una infección con bacterias peligrosas.
«La dieta poco saludable llevó a un aumento inesperado en el número de ciertas células inmunes en la sangre de los ratones, especialmente granulocitos y monocitos. Esto fue un indicativo de la participación de los progenitores de células inmunes en la médula ósea», comenta Anette Christ, coautora del trabajo.
Para comprender mejor estos hallazgos inesperados, se aislaron progenitores de médula ósea para tipos de células inmunes principales de ratones alimentados con una dieta occidental o dieta de control saludable y se realizó un análisis sistemático de su función y estado de activación.
«Los estudios genómicos mostraron que la dieta occidental había activado una gran cantidad de genes en las células progenitoras. Los genes afectados incluían a los responsables de la proliferación y la maduración», explica Joachim Schultze, coautor del estudio.
Y es que la comida rápida hace que el sistema inmune reclute rápidamente un ejército enorme y poderoso alertado por la presencia de algo que entiende como virus. Cuando los investigadores ofrecieron a los roedores su dieta típica de cereales durante otras cuatro semanas, la inflamación aguda desapareció. Lo que no desapareció fue la reprogramación genética de las células inmunes y sus precursores: incluso después de estas cuatro semanas, muchos de los genes que se habían encendido durante la fase de comida rápida seguían activos.
Las células inmunes cuentan con un «sensor de comida rápida»
«Recientemente se descubrió que el sistema inmune innato tiene una forma de memoria», aclara Eicke Latz, Director del Instituto de Inmunidad Innata de la Universidad de Bonn. Así, tras una infección, las defensas del cuerpo permanecen en estado de alerta, para que podamos responder más rápidamente a un nuevo ataque.
La activación por una dieta basada en comida rápida cambia la forma en que se empaqueta la información genética. El material genético se almacena en el ADN y cada célula contiene varias cadenas de ADN, que en conjunto tienen aproximadamente dos metros de largo. Sin embargo, suelen estár envueltas alrededor de ciertas proteínas en el núcleo y, por lo tanto, muchos genes en el ADN no se pueden leer, ya que simplemente son demasiado inaccesibles.
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Fuente: Muy Interesante / Revista Cell.