El tiempo de actividad ante una pantalla (ver televisión o videos, jugar videojuegos o utilizar las redes sociales) afecta a cambios estructurales en el cerebro del adolescente, dando lugar a hallazgos tempranos, según muestra nueva investigación.
El estudio de desarrollo cognitivo del cerebro del adolescente (ABCD) es el más extenso de su clase, ya que pretende reclutar a 11.500 niños de 9 a 10 años y darles seguimiento hasta por 10 años. Se incluirá información detallada sobre el uso de pantallas y datos de estudios de imágenes de resonancia magnética del cerebro cada dos años.
El informe actual, publicado en el número de enero de la revista NeuroImage, se enfoca en los datos iniciales de los primeros 4.500 individuos reclutados.
¿Subgrupo vulnerable?
En el análisis inicial no se observaron efectos adversos asociados con altos niveles de exposición a pantalla en la mayoría de los participantes.
Sin embargo, se observó que individuos en quienes el cerebro frontal era más inmaduro que el cerebro posterior, presentaban tasas más elevadas de comportamiento agresivo y niveles más bajos de inteligencia basada en el conocimiento.
El cerebro frontal aplica un filtro inhibidor a los impulsos generados en el cerebro posterior. Un cerebro frontal inmaduro conlleva niveles más altos de conducta exteriorizante, como agresividad y acoso. En contraste, se observó escasa evidencia que se asocie a trastornos interiorizantes, como ansiedad, depresión u otras conductas de evasión o de aislamiento.
Aún no son concluyentes estos datos, incluso podría ser una asociación inversa, es decir, los individuos que tienen problemas de conducta hacen más uso de pantalla. Sin embargo, estos niños deberían ser vigilados más de cerca, limitando la actividad ante pantalla si muestra estás actitudes.
Tres medidas de la estructura del cerebro
El estudio se enfoca en tres medidas principales de la estructura del cerebro: espesor de la corteza, profundidad de los surcos en la superficie de la corteza cerebral y volumen de la sustancia gris.
Los resultados de un análisis inicial demuestran que el mayor uso de medios con pantalla conlleva reducciones en el volumen y el espesor de la corteza, lo cual refleja una disminución de la sustancia gris. Éste es un signo de maduración del cerebro y estos resultados transversales iniciales indican que un aumento en el uso de medios con pantalla se asocia a una actividad cerebral más eficiente. Los máximos efectos se observaron en las regiones visuales.
«Inteligencia cristalizada»
Por lo que respecta a la cognición, los investigadores señalan que las características del cerebro estructural relacionadas con la actividad en medios con pantalla se vincularon en mayor grado con inteligencia cristalizada, la cual depende más de la experiencia, representa una reserva acumulada de conocimiento y habilidades verbales, y está sujeta a la influencia de la exposición a la educación y la cultura.
Por lo tanto, las características del cerebro asociadas a la actividad en medios de pantalla no se relacionan de manera uniforme con un desempeño cognitivo mejor o más deficiente. Más bien, componentes específicos que afectan áreas cerebrales específicas contribuyen de manera diferente a la cognición.
Medscape.
