La cirugía para reducción de las mamas es un procedimiento seguro y eficaz para aliviar el dolor del cuello y la espalda, así como otros problemas de los senos muy grandes. En la mayoría de los casos, se recomienda que las adolescentes esperen hasta terminar su desarrollo para someterse a la reducción de las mamas.
Sin embargo, cuando los síntomas interfieren con la calidad de vida, se puede proseguir con la reducción de las mamas aunque no haya terminado el desarrollo. En ese caso y si los senos todavía no han terminado de desarrollarse, existe la posibilidad de requerir una segunda operación más adelante.
La cirugía para la reducción de las mamas consiste en extraer de las mamas el exceso de tejido y piel. Suele aliviar el dolor crónico de la espalda, los espasmos musculares del cuello y el dolor del hombro provocado por los senos grandes. Otras ventajas generales son: mejor postura, mejor apariencia de los senos y menos irritación en la piel debajo de los senos. La cirugía también puede ayudar a la autoimagen de la adolescente y permitirle sentirse más cómoda al participar en actividades físicas.
En general, los riesgos principales de la cirugía para reducción de las mamas son los mismos que los de cualquier otra cirugía, o sea, de infección, sangrado y coágulos sanguíneos. Existe también la posibilidad de sentir entumecimiento en los pezones y las areolas después de la cirugía.
La recuperación de la cirugía normalmente lleva varias semanas, aunque podrá reanudar sus actividades diarias dos semanas más tarde. Después de la cirugía para reducción de las mamas, las restricciones para levantar objetos pesados y hacer otro tipo de actividad física normalmente duran hasta 4 semanas.
Es importante que los padres y la paciente se reúnan con un cirujano plástico a fin de preguntar y hablar acerca de las expectativas de la cirugía para reducción de las mamas.
Mayo Clinic / Tendencias en Medicina.