La Covid-19 ha provocado una pandemia mundial, causando muerte, enfermedad y sufrimiento. Pero sus consecuencias alcanzan todos los ámbitos de la vida; ha puesto patas arriba la economía, ha cambiado drásticamente nuestros hábitos de vida y nuestra manera de relacionarnos.
Sin embargo, muchos seguimos preguntándonos ¿Cuándo tenemos que ponernos la mascarilla? ¿Y los guantes?.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) siempre se ha mostrado cautelosa ante el uso generalizado de las mascarillas por el riesgo sobre todo de que provoque escasez en hospitales y centros médicos.
En el entorno laboral y social
La mascarilla es necesaria en todas las situaciones en las que no se pueda mantener la distancia de dos metros, por lo tanto se recomienda su uso cuando se sale a la calle. Esto incluye el entorno laboral y social: “En el trabajo hay que llevarla sí o sí, pero también en las reuniones con los familiares y amigos con los que no hemos pasado la cuarentena”; da igual que esos contactos se produzcan en un domicilio o al aire libre.
En las áreas urbanas también debe usarse, dado que muchas veces es imposible mantener esa distancia de dos metros. En zonas apartadas con poco tránsito no hace falta.
También debemos ser comedidos con las muestras de afecto por el momento, a excepción nuevamente de con las personas que hemos pasado el confinamiento. Hay que evitar los besos y abrazos. Incluso en circunstancias de reagrupamiento familiar (un hijo que vuelve con sus padres), hay que intentar mantener las distancias los primeros 14 días.
Las razones
Los expertos vuelven a coincidir cuando explican las razones. Todavía existe mucho riesgo, puede aparecer un brote en cualquier momento.
En conjunto con la mascarilla, es importante observar las otras medidas de seguridad consideradas esenciales, especialmente la higiene de manos (lavándolas con agua y jabón o con los geles hidroalcohólicos) y cubrir la boca y la nariz con el codo flexionado cuando se tose o estornuda.
Lo recomendado es el uso de máscaras quirúrgicas, que tienen varias capas; estas tienen una eficacia del 70% de efectividad de filtración. Las máscaras de alta densidad, como las FFP2, son para situaciones de alto riesgo de contagio, como una persona que trabaja en una peluquería o que atiende al público, además del personal de salud.
No a los guantes
No es recomendable la utilización habitual de guantes en la población general. Aportan falsa seguridad y se corrompen continuamente pudiendo llevar después esa contaminación al teléfono celular, la mascarilla o la ropa.
Es mejor lavarse las manos con frecuencia y usarlos sólo cuando es estrictamente necesario.
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