La diabesidad es un subconjunto del síndrome metabólico que combina diabetes tipo 2 y obesidad.
Se trata de una enfermedad fundamentalmente derivada de nuestros hábitos de vida actuales, tanto en la alimentación como en la falta de ejercicio.
Sin embargo, también hay que decir que hay factores genéticos que pueden favorecer su aparición. Y no solo incide en los adultos. “Cada vez es más frecuente en la población infantil y juvenil. Estamos viendo adolescentes obesos con diabetes tipo 2, algo impensable hace años.
Si no se trata, las consecuencias pueden ser diversas, dependiendo del grado de control que se consiga tanto de la diabetes como de la obesidad. Un buen control glucémico evita y/o retrasa la aparición de las complicaciones de la diabetes: retinopatía, nefropatía, neuropatía e incluso afectación de grandes vasos.
Con respecto a la obesidad, aumenta el riesgo de padecer síndrome de apneas del sueño, patologías articulares, litiasis biliar y diversos tipos de cáncer. La combinación de ambas puede fomentar la aparición de afecciones cardiovasculares y otra nueva epidemia como es la enfermedad hepática grasa no alcohólica.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas son los característicos de la propia diabetes y de la obesidad. En muchas ocasiones, no hay una clínica aparente y otras veces el paciente refiere los síntomas clásicos de exceso de sed, aumento de la cantidad de orina emitida, pérdida de peso, cansancio, etc.
Para el diagnóstico, una simple analítica de sangre con unos determinados valores de peso, altura e índice de masa corporal sirven para dar un diagnóstico. Aunque con el uso de técnicas de composición corporal se consiguen resultados más certeros relacionados con la obesidad.
Tratamiento
Una vez se ha realizado un profundo e individualizado abordaje nutricional, junto con un adecuado plan de actividad física, se pueden considerar tratamientos farmacológicos, técnicas endoscópicas o la cirugía metabólica o bariátrica, según cada paciente.
En el caso concreto de la terapéutica antidiabética, las recomendaciones actuales favorecen el uso de fármacos antidiabéticos que también tienen un efecto beneficioso a nivel ponderal, consiguiendo descensos de peso significativos en un porcentaje elevado de pacientes.
Evitando el exceso de peso se pueden prevenir más del 50% de los casos de diabetes tipo 2, dado que se asocian. Por lo tanto, junto al tratamiento, la dieta y el ejercicio son otros de los pilares básicos.
Desde el punto de vista de la alimentación, hay que aprender a comer mejor, no es sólo cuestión de comer menos. Es necesario adaptar las calorías que ingerimos a lo que vamos a gastar y mejorar la calidad nutricional de nuestra alimentación, en base a la dieta mediterránea”.
En relación al ejercicio físico, el mismo dependerá de la edad, el nivel de entrenamiento físico y la existencia de otras patologías. Para la mayoría de los adultos se recomiendan 150 minutos o más de actividad física de intensidad de moderada a fuerte por semana, distribuidos en, al menos, tres días por semana y con ejercicios de fuerza.
CuidatePlus / Farmanuario.