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«El efecto de COVID-19 sobre la salud mental del personal de la salud es acumulativo»

Una secuela importante que nos muestra la COVID-19 es la afectación de trabajadores de la salud, de los cuales uno de cada cinco encuestados durante la pandemia presentó síntomas moderados a graves de depresión, aunque solo un tercio recibió ayuda especializada.

Estos son datos preliminares de una investigación realizada sobre 9.488 médicos, enfermeros, administrativos y otros miembros del personal de la salud (74,6% mujeres) que interactúa con casos confirmados o sospechosos de COVID-19 en Argentina, Chile, Guatemala, México, Perú y Venezuela.

La pandemia dejó al descubierto la falta de políticas activas de protección de la salud mental de los trabajadores de la salud. Y la primera gran lección es la necesidad de desarrollarlas.

La encuesta se realizó entre mayo y septiembre, y se repetirá en las próximas tres a cuatro semanas. El efecto de COVID-19 sobre la salud mental del personal de salud es acumulativo, por lo que la hipótesis es que los resultados van a mostrar mayor deterioro.

Algunos datos del estudio fueron citados por el Dr. Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud: «A más de 75% de los trabajadores de la salud le preocupa contraer COVID-19, y sobre todo, transmitirla a sus seres queridos». El funcionario también dijo que en Chile 1 de cada 10 trabajadores de la salud tiene ideas suicidas.

Los trabajadores de la salud se han visto particularmente afectados por COVID-19, haciendo grandes sacrificios personales y tomando decisiones sumamente difíciles en la primera línea de la respuesta a la pandemia.

Búsqueda de trastornos depresivos

Los nuevos datos difundidos forman parte del estudio HEROES (The Covid-19 HEalth caRe wOrkErS [HEROES] Study), que ya ha recolectado respuestas a través de un cuestionario en línea autoadministrado en 25 países de cuatro continentes, incluyendo, en la región, los seis mencionados, junto con Brasil, Uruguay, Ecuador, Puerto Rico, Bolivia y Colombia. La iniciativa también la lideran investigadores de la Columbia University Mailman School of Public Health, en Nueva York, Estados Unidos.

Uno de los instrumentos utilizados es la escala Patient

Health Questionnaire (PHQ-9), que permite realizar la búsqueda de trastornos depresivos mediante una encuesta de autoevaluación.

Según datos preliminares de los seis países de la región, que fueron presentados a comienzos de octubre en la XXXV Reunión Anual de Investigación del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, en la Ciudad de México, 36,4% de los encuestados se siente cansado o sin energía, 23,6% tiene problemas para dormir o ha dormido demasiado, 15,6% tiene poco interés o placer en hacer cosas y 13,2% tiene dificultad para concentrarse en ciertas actividades.

Respecto de los síntomas moderados a graves de depresión, se manifestaron en 22,7% del total de la muestra. Pero las proporciones varían en los países estudiados, desde 14,2% en Venezuela hasta 36,7% en Chile.

Otra dimensión del problema es la respuesta del sistema a estos padecimientos. En mayor o menor medida, los países han desarrollado estrategias de salud mental que son buenas, pero que tienen bajo impacto.

Para darle mayor magnitud a la problemática, entre otros resultados preliminares: 36,6% de los participantes consideró que necesita ayuda, con proporciones que oscilan desde 16,2% en Venezuela hasta 50,9% en Chile.

Sin embargo, solo un tercio de ellos recibió apoyo psicológico/psiquiátrico presencial o a distancia, con porcentajes que varían desde 27,0% en Perú hasta 52,1% en Argentina.

El presentismo como problema

En cambio, también hay trabajadores de la salud que requerirían asistencia, pero que no lo admiten o reconocen, en parte por estigma, pero también porque eso puede conspirar contra el presentismo.

El impacto emocional no terminará con la llegada de las vacunas o el aplanamiento de las curvas. Dentro de seis meses se repetirá el cuestionario con nuevos instrumentos, para detectar estrés postraumático.

Por otra parte, en la poscrisis será importante reparar el sistema de salud; reforzar la moral laboral y la capacidad de resiliencia de organizaciones, equipos y profesionales, y evitar el daño emocional de los eventuales litigios.

Medscape / Tendencias en Medicina.

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