Los especialistas en endocrinología y nutrición repiten hasta la saciedad que combatir el sobrepeso es una cuestión que repercute directamente en la salud, por encima del beneficio estético.
Pero además, la irrupción del coronavirus ha dejado en claro que tener kilos de más es un factor de riesgo.
En los últimos meses, y a medida que se iba desarrollando la pandemia, cada vez quedó más claro que el sobrepeso y la obesidad suponen un factor de riesgo para desarrollar Covid-19, influyendo también en el pronóstico y la evolución de los pacientes, una evidencia avalada por varios estudios.
A continuación se resumen las razones que explican este nexo:
· Un riesgo mayor de contagiarse. Según datos de la SEEDO (S ociedad Española para el Estudio de la Obesidad), las personas con exceso de peso tienen un
riesgo un 46% mayor de padecer la infección por coronavirus que el resto
de la población. Esta mayor susceptibilidad se debe a que los pacientes con
obesidad tienen la inmunidad alterada.
· Y también de contagiar. La diseminación viral en pacientes
con obesidad es mayor y se produce durante más tiempo, dado que el tejido
adiposo tiene los receptores para el virus SARS-CoV-2 y permanece ahí más
tiempo que en el pulmón. En relación con esto, una reciente
investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Tulane, la
Universidad de Harvard, el MIT y el Hospital General de Massachusetts (Estados
Unidos) sugiere que las personas de edad avanzada y con obesidad y/o sobrepeso
(concretamente, las que tienen un índice de masa corporal o
IMC elevado) pueden actuar como “supercontagiadores” ya que exhalan una
cantidad de partículas de aerosol hasta tres veces mayor que los contagiados no
obesos.
· Más complicaciones. Una vez que se contrae la infección,
las personas con obesidad también tienen más riesgo de desarrollar
complicaciones, ya que la elevada adiposidad, característica de estos pacientes
se acompaña de una inflamación crónica de bajo grado, que se traduce en
concentraciones circulantes elevadas de citocinas pro-inflamatorias, como la
interleuquina-6, TNF-alfa y otras muchas, de forma que pueden desembocar más
fácilmente en la llamada tormenta de citocinas.
· Posibilidad de desarrollar trombos. En los pacientes obesos se ha
observado un estado pro-trombótico de base, caracterizado por un aumento de la
disfunción endotelial y una serie de factores que favorecen la aparición de
eventos tromboembólicos, “los cuales suelen ser otra de las manifestaciones de
la infección por SARS-CoV-2”.
· Candidatos a la hospitalización. El exceso de peso aumenta las probabilidades de ser hospitalizado “debido tanto a todas las peculiaridades de la obesidad como a la afectación multiorgánica que la acompaña y que se traduce en múltiples comorbilidades. Todo esto desemboca a su vez en un mayor riesgo de acabar en la UCI. Además, una vez en la UCI, los pacientes con obesidad tienen más posibilidades de necesitar ventilación mecánica invasiva.
CuidatePlus/Farmanuario.