Un grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool ha llevado a cabo un estudio que analiza aspectos clave de la epidemiología de las pulgas utilizando registros de salud electrónicos de gatos y perros domésticos.
Los resultados fueron que las pulgas estuvieron presentes en 22.276 de las 1.902.016 de consultas de gatos (1,17%) y 12.168 de 4.844.850 consultas de perros (0,25%). Para explicar esto, los investigadores recuerdan que los gatos, con frecuencia, tienen acceso ilimitado al aire libre y, por lo tanto, están expuestos continuamente a las pulgas cuando buscan alimento y cazan. Además, pueden entrar en contacto con animales salvajes y vida silvestre como zorros y erizos, que pueden actuar como hospedadores.
En el estudio, un modelo de regresión logística multivariable se encontró que los animales originarios de las áreas más favorecidas económicamente se asociaron con una reducción del 50% en las probabilidades de infestación por pulgas registrada por el veterinario en comparación con los animales de las regiones con menos recursos económicos.
Por otro lado, la edad del animal se asoció significativamente con la posibilidad de presentación de pulgas tanto en gatos como en perros, con un pico de casos antes de que los animales alcanzaran los 12 meses.
Las posibles razones incluyen una mayor atracción de las pulgas hacia los animales más jóvenes, o que los animales más viejos posiblemente interactúan menos con el exterior. También es posible que se pase más tiempo examinando a los animales jóvenes, al ser sus primeras consultas en una clínica, o que su menor tamaño, debido a su edad, aumente la posibilidad de detectar pulgas.