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¡Atención Mamás! Recomendaciones para un apego saludable

 

El apego inmediato marca el inicio de la integración entre la madre y el hijo desde los primeros minutos de vida. Favorece el desarrollo exitoso de la lactancia y establece el comienzo de un vínculo emocional. No se trata de una moda, es un derecho universal y está recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El apego materno es aquel que se genera luego del parto y que permite garantizar el desarrollo emocional adecuado del niño. Es relevante porque marca su relación con los afectos durante toda la vida.

Al nacer, los niños y las niñas no sólo necesitan una buena atención médica, sino que también requieren del afecto de y el contacto con su madre, desde el primer momento. En simples palabras, la importancia del apego radica en cuánto amor recibe el bebé durante sus primeros dos años de vida, tiempo en que se desarrolla su seguridad emocional.

Inmediatamente después del nacimiento, el bebé debe ser colocado en el vientre de su madre, entre sus pechos, cubierto con una frazada tibia. La finalidad primordial de este primer contacto piel con piel es –además de favorecer el vínculo emocional-, garantizar el inicio exitoso de la lactancia materna.

Permitirle a la madre y al recién nacido experimentar este hermoso momento de integración es parte de la esencia de un nacimiento humanizado, en donde se respeta el curso natural del proceso de parto y en el que se minimizan las intervenciones, procurando un ambiente íntimo y cálido. La naturaleza tiene diseñado para nosotros estos momentos trascendentales.

El contacto piel con piel permite la estabilización de los signos vitales del bebé y logra la regulación térmica de una forma rápida y efectiva. Con él se activan mecanismos fisiológicos que conducen finalmente al inicio exitoso de la lactancia. Por otro lado, el recién nacido que se separa en forma inmediata de su madre entra en un estado de ansiedad y desesperación, lo cual activa sus mecanismos fisiológicos de defensa, entorpeciendo la regulación de sus signos vitales y de su temperatura, y peor aún, entorpeciendo el inicio de la lactancia en el período más crítico para esto.

Recomendaciones para las madres

  • Calma a tu bebé a través del tacto: el tacto es el primero de los sentidos en desarrollarse y podría ser el más importante. Tras casi medio siglo de investigaciones se ha llegado a la conclusión de que el contacto físico mejora la salud en general, ayuda a los bebés y a los niños pequeños a que se sientan seguros y aprendan a confiar en los demás, y enriquece las relaciones personales.
  • Cárgalo pegadito a tu cuerpo: acúnalo, arrúllalo o cárgalo en un canguro o mochila portabebés para que pueda escuchar los latidos de tu corazón, sentir tu calor y tocar tu piel.
  • Imita los balbuceos y soniditos que hace tu bebé: capta la atención de tu bebé e interactúa con él. Con esto estarás estimulando sus sentidos. Al imitar su forma de comunicarse, le demostrás lo importante que es él para vos. Además, estas creando una base sólida sobre la cual construir un apego permanente y saludable.
  • Cántale a tu bebé: al escuchar constantemente tu voz, tu bebé empezará a entablar una relación de confianza y respeto contigo.
  • Aprovecha los ratos a solas con él: los momentos en que tu bebé se encuentre despierto y tranquilo son oportunidades perfectas para jugar a relacionarse con él. ¡Aprovéchalos! Estas son las ocasiones en que tu niño desea jugar más y sentirse vinculado a vos y a su entorno.
  • Amamanta a tu bebé: la lactancia durante seis meses es más que nutrición. Es protección. Para los niños, conectarse al pecho es un alivio al malestar que producen los miedos y un puente afectivo hacia la madre.

 

Dra. Acuña Julia. Oami Revista 2017; 40:26.

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