Cuando nuestro cuerpo se lesiona se desencadena un proceso denominado cicatrización.
La formación de una cicatriz es un complejo proceso fisiológico que además de controlar la hemorragia y evitar la infección, conduce a la regeneración de los tejidos de la piel.
En el proceso de cicatrización de una herida se describen las siguientes etapas:
- Etapa Inflamatoria: se eliminan las bacterias y la suciedad. También ocurre el proceso de coagulación que detiene la pérdida de sangre.
- Proliferativa: se forman vasos sanguíneos nuevos, se deposita colágeno y se forma el tejido de granulación. También las células epiteliales se desplazan sobre la herida y la cubren (epitelización) y los miofibroblastos colaboran en la reducción del tamaño de la lesión (contracción).
- Remodelación: el colágeno se remodela y realinea a lo largo de las líneas de tensión.
En la cicatrización normal la propia herida genera el estímulo de curación haciendo que aumente la formación de células nuevas, pero si las células que se encargan de la limpieza (granulocitos y macrófagos) no actúan adecuadamente los microorganismos aumentan y se descontrola el nivel bacteriano. Esto puede producir inflamación en la herida, enrojecimiento y dolor, y es lo que orienta a que la herida se ha infectado.
Asimismo, que la cicatrización sea normal depende de la respuesta individual a los procesos biológicos, estos pueden enlentecerse por condiciones propias de la persona (alteraciones metabólicas, circulatorias, nutricionales o inmunológicas) o por factores vinculados al medio hospitalario (infecciones cruzadas u otras).
Toda herida está contaminada por los microorganismos de la propia piel. Para mantener el control bacteriano es muy importante la limpieza, el uso de antisépticos y la protección de la lesión.
Medidas curativas para las lesiones
Higiénicas:
Lavado con agua y jabón en forma circular. Lavado con suero de arrastre. Secado con apósito.
Desbridantes:
Mecánicas, farmacológicas, quirúrgicas.
Cicatrizantes:
Aplicación tópica de cicatrizantes.
Tratamiento
Para el tratamiento de las heridas existen varios productos como protectores, debridantes (eliminan el tejido muerto, dañado o infectado), antisépticos y estimulantes de la cicatrización, eventualmente asociados con antibióticos.
Protectores
Los protectores cutáneos son preparados que se presentan en crema, gel, aceite, polvo, aerosol, etc. y se utilizan tópicamente para proteger a la piel. Generalmente contienen antisépticos, antibióticos, anestésicos, vitaminas, aceites y productos naturales.
Antisépticos
Los antisépticos son sustancias que al ser aplicadas tópicamente sobre los tejidos destruyen los microorganismos o impiden su crecimiento. Se usan para la antisepsia (eliminación de formas vegetativas bacterianas en tejidos vivos) en forma previa a procedimientos que determinan alteraciones en piel o mucosas y para el tratamiento de heridas de la piel o mucosas.
Apósitos
- Los apósitos de fibras naturales o sintéticas desarrollan una acción directa sobre la herida por mecanismos físicos o por la acción de sustancias embebidas: antisépticos, antibióticos o cicatrizantes.
- La gasa prensada es un material sintético con baja adherencia, buena absorción y bajo nivel de residuos, útil para proteger y absorber. El tul o malla de contacto es un apósito de gasa tejida o prensada de malla ancha, uniforme y porosa, embebida en vaselina o petrolato, con corticoides o antibióticos. No adherente, protege el tejido de granulación y es adaptable.
- Las espumas de poliuretano de malla estrecha, poseen alta adherencia, son útiles para exudados abundantes por menos de 48 horas y requieren de apósito secundario. No permiten la oxigenación de los tejidos. Las espumas hidrofílicas (Foams o Apósitos hidropolímeros) son poliuretanos de alta tecnología, no adherentes y permeables a gases. Útiles en la protección del tejido de granulación y epitelización, con aplicación en heridas infectadas y exudado moderado a abundante.
- Los hidrocoloides son apósitos altamente oclusivos, útiles para debridar y epitelizar. No se deben utilizar en caso de exudado abundante o infección. Producen con la herida una interfase gelatinosa de mal olor, que no debe confundirse con infección.
- El hidrogel es un gel amorfo o en láminas compuesto de polímeros espesantes y humectantes más agua y absorbentes. Favorece la epitelización y debridamiento autolítico en heridas infectadas. No se debe usar en heridas muy exudativas.
- Los apósitos mixtos están compuestos por carbón activado y plata, cubierto por una funda de material sintético poroso. El carbón activo absorbe microorganismos y otras partículas y neutraliza el mal olor. Si el carbón activado entra en contacto directo con la piel puede mancharla o decolorarla.
En el mercado existe una amplia gama de productos para el tratamiento adecuado de las heridas. Cabe aclarar que si la lesión presenta exudación o sobreinfección debe consultarse al médico sobre medidas diagnósticas y tratamiento específico.
Farmanuario.