La codeína y el tramadol son medicamentos opiáceos que pueden usarse para tratar el dolor. La codeína también está presente en algunos medicamentos para la tos y el resfrío.
Ambos fármacos pueden causar problemas respiratorios potencialmente mortales para los niños. Algunos menores y adultos metabolizan la codeína y el tramadol a su forma activa más rápido que otros. Esto puede ocasionar que el nivel de opiáceos en estas personas suba demasiado alto y demasiado rápido.
El tramadol está disponible únicamente para adultos y por prescripción médica para tratar el dolor. Los productos a base de codeína están disponibles a la venta en algunas asociaciones, sin receta médica (a estos últimos también se les conoce como medicamentos OTC, por sus siglas en inglés). Con frecuencia, la codeína se combina con paracetamol en ciertos analgésicos de prescripción médica y con otras medicinas para el tratamiento de la tos.
La FDA advierte que los niños menores de 12 años de edad no deben tomar productos que contengan codeína para tratar el dolor o la tos, ni tramadol para el dolor y aún no ha aprobado el uso pediátrico del tramadol. Los niños menores de 18 años de edad no deben tomar tramadol para tratar el dolor después de una cirugía de extirpación de amígdalas (amigdalectomía) o adenoides (adenoidectomía).
Los jóvenes de entre 12 y 18 años, obesos o que tienen apnea obstructiva del sueño, tampoco deben tomar codeína o tramadol. Estos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de que presenten problemas respiratorios graves.
Las madres que están amamantando que toman codeína o tramadol, pueden transmitir niveles inseguros de opiáceos a sus bebés a través de la leche materna, tornándose demasiado somnolientos o presentando problemas respiratorios graves o dificultad para amamantar.
Por este motivo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) está reforzando la etiqueta de información farmacológica de la codeína y del tramadol para proteger a los niños y a los lactantes.
Lea la etiqueta para asegurarse de que la medicina no contenga codeína o tramadol. También pregunte a su prestador de servicios de salud o a su farmacéutico si su medicamento los contiene o no.
Fuente: FDA/Farmanuario