En Uruguay se registran unos 2.000 casos por año de esta enfermedad, que afecta prácticamente de la misma manera a hombres que a mujeres. Esta enfermedad, propia de los países desarrollados, es asintomática y la segunda causa de muerte. De cada dos diagnósticos, un paciente fallece.
El Instituto Nacional del Cáncer (INCA) organizó el jueves 28 de marzo una serie de charlas científicas y comunitarias sobre el cáncer colorrectal, en el marco de las actividades desarrolladas durante todo marzo por el Mes Mundial de Lucha contra el Cáncer Colorrectal. Esta jornada estaba dirigida tanto a los equipos de salud como al público en general, para crear conciencia de la importancia del diagnóstico oportuno.
El director del INCA, Álvaro Luongo, explicó que para revertir esta tendencia, es fundamental un diagnóstico precoz y oportuno, por lo que se recomienda, a partir de los 50 años, la realización del test de sangre oculta en las heces de tipo inmunoquímico (fecatest), ya que entiende que detectar a tiempo esta patología permite un tratamiento inmediato, que sea controlable, y, por ende, habrá mayores posibilidades de sobrevida.
Luongo aseguró que Uruguay tiene una conducta y una guía terapéutica elaborada en conjunto con la universidad, las sociedades científicas, el Ministerio de Salud Pública, la Administración de los Servicios de Salud del Estado y la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer. Esa guía, en constante revisión, recomienda qué tipo de fecatest se debe llevar a cabo y cuándo se indica un estudio endoscópico.
Si bien el estudio se recomienda a partir de los 50 años y cada dos, el médico puede indicarlo con anterioridad en caso de registrarse otros síntomas o tener antecedentes familiares. Por otro lado, una buena forma de prevenir el desarrollo de la patología es practicar una alimentación saludable y ejercicio.
“Como país estamos trabajando bien en torno al tema, pero queda mucho por hacer y tenemos las herramientas para combatir la enfermedad. Quizás no lleguemos a bajar la incidencia porque tiene que ver con la edad y el tipo de vida que tenemos, pero sí la mortalidad”, concluyó.
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