El Dr. Luis Dibarboure, Profesor del Departamento Clínico de Imagenología del Hospital de Clínicas de Montevideo, Uruguay, señala que desde el punto de vista de las técnicas de imagen, un Servicio de Imagenología puede dividirse en:
Radiología general: radiografía de tórax, osteoarticular, etc.
Radioscopía: estudios radiológicos que se hacen bajo seguimiento radioscópico como los estudios de la deglución, estudios esofagogastroduodenales, colon por enema, fistulografías, histerosalpingografía, pielografías, uretrocistografías, dacriocistografía, sialografías, colangiogragías, etc.
Tomografía computada: cabeza y cuello, columna, extremidades y articulaciones, tórax, abdomen y pelvis; estudios vasculares, cardíacos etc.
Ecografía y Doppler: ecografía de partes blandas, articulaciones, cuello y tiroides, tórax, abdomen y pelvis, gineco-obstétricas, eco Doppler venoso y arterial de todos estos sectores, etc.
Resonancia Magnética: de organización similar a la tomografía computada.
Arteriografía: vasos de cuello, estudios vasculares cerebrales, estudios vasculares periféricos, etc.
Procedimientos intervencionistas guiados por imágenes. Incluye los procedimientos vasculares y no vasculares.
Los vasculares incluyen el área de neurología (embolización de aneurismas y malformaciones vasculares), o periféricos (embolización de tumores, tratamiento de sangrados digestivos, de la esfera urogenital, hemoptisis).
Los no vasculares incluyen las punciones diagnósticas guiadas por imágenes (ecografía o tomografía computada); ablación percutánea de tumores, biopsias y drenajes, procedimientos percutáneos en las vías biliares.
A su vez todas estas áreas pueden desempeñarse en carácter de coordinación o de urgencia.
Como se entenderá, esta gran cantidad de actividades debe ser ordenada, debiendo lograrse los mejores resultados para el paciente en cuanto a tiempos de demora y calidad de los estudios e informes realizados.
Históricamente ha habido una fuerte tendencia a ordenar el trabajo del médico imagenólogo por equipamiento, de modo de identificarnos como “ecografistas”, “tomografistas”, etc.
Ahora bien, la complejidad y desarrollo de las diferentes áreas de la medicina hacen inadecuado este modo de entender la especialidad. Es así que desde la Cátedra del Departamento Clínico de Imagenología desde hace muchos años se promueve el desarrollo profesional por órganos y sistemas y no por tecnología o aparatos. Esto es, que las competencias de cada uno se desarrollen en las diferentes áreas, aplicando la técnica de diagnóstico por imagen más adecuada a la situación clínica del paciente.
El desarrollo en el diagnóstico de las afecciones del aparato musculoesquelético implica dominar la ecografía, la radiología, la tomografía computada, la resonancia magnética, y las técnicas que se desarrollen en el futuro en esa área. Lo mismo en la imagenología mamaria: la mamografía, la tomosíntesis, la ecografía y la resonancia magnética. Igual situación ocurre en las demás áreas.
Esta distribución del trabajo permite que cada médico se subespecialice en un área y no que todos deban responder a todos los requerimientos porque es imposible realizar la tarea adecuadamente manteniendo un nivel aceptable de calidad.
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