La disminución considerable en el consumo de tabaco en las últimas tres décadas, que fue el factor individual más importante que impulsó una reducción en la mortalidad cardiovascular durante ese periodo, sólo ocurrió después de que se implementaran medidas legislativas que se dirigieron específicamente a disminuir su consumo.
Ahora, el gobierno del Reino Unido planea introducir un impuesto del 20% a las bebidas endulzadas con azúcar, en línea con declaraciones de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para gravar las bebidas azucaradas al menos 20% a fin de detener la epidemia global de obesidad y diabetes de tipo 2.
Investigadores de Oxford han estimado que una reducción del 15% en el consumo de azúcar a través de tal impuesto, evitaría que 180.000 personas del Reino Unido se volvieran obesas al cabo de un año y un mayor número adquiriesen sobrepeso.
Adicionalmente, la evidencia científica revela que los beneficios positivos para la salud en general que representaría tal gravamen va más allá de una simple reducción de calorías.
- Un análisis econométrico de 175 países (considerado el estudio de más alta calidad, con excepción de los estudios aleatorizados controlados) reveló que por cada 150 calorías de azúcar adicionales disponibles para consumo, hubo un incremento de 11 puntos en la prevalencia de diabetes de tipo 2 en la población. Esto se compara con 150 calorías de otra fuente, como la grasa o la proteína, y es independiente de los niveles de índice de masa corporal (IMC) y actividad física.
- La prevalencia de diabetes de tipo 2 en la población estadounidense entre 1988 y 2012 aumentó 25% en poblaciones obesas y con peso normal, lo cual demuestra que la diabetes de tipo 2 no es un trastorno relacionado solamente con la obesidad.
- Un estudio prospectivo de cohortes de gran calidad reveló una influencia en la mortalidad cardiovascular en adultos estadounidenses que consumían más de 25% de calorías de azúcar añadido, frente a los que consumían menos de 10%, y los hallazgos fueron congruentes para los diferentes niveles de actividad física e IMC.
- Los efectos positivos de reducir la ingesta de azúcar sobre la salud al parecer son muy rápidos. En un estudio de 43 niños hispanoamericanos y afroestadounidenses con síndrome metabólico, manteniendo idénticas las calorías totales y las calorías a partir de hidratos de carbono, una reducción de una media de 28% de las calorías derivadas de azúcar añadido a 10%, disminuyó en grado significativo los triglicéridos, el colesterol de las LDL, la presión arterial y la insulina en ayunas al cabo de sólo 10 días.
¿Cuánta azúcar necesitamos?
Para fines de salud, el consumo óptimo es cero.
El azúcar añadido no tiene ninguna necesidad biológica y, por tanto, por definición, no es un «nutrimento».
El consumo diario de sólo unas pequeñas cantidades de azúcar libre, lo cual incluye todo azúcar añadido y azúcar presente en jugos de frutas, jarabes y miel, tiene una repercusión perjudicial en la enfermedad no transmisible más frecuente a nivel mundial: la caries dental. El tratamiento de la caries dental contribuye con 5% – 10% a los gastos de salud en los países industrializados, y en el Reino Unido, la caries dental es la causa número uno de dolor crónico y de hospitalizaciones de niños pequeños.
Como lo puntualizaron investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, hay un argumento poderoso para que la Organización Mundial de la Salud recomiende un límite máximo de consumo de azúcar que constituye no más de 3% de las calorías diarias (aproximadamente tres cucharaditas). El ciudadano promedio estadounidense y del Reino Unido, consume al menos cuatro a siete veces esa cantidad.
En Estados Unidos casi la mitad de todo consumo de azúcar proviene de alimentos que normalmente no se asociarían con contenido de azúcar añadido, como salsa Ketchup, aderezo para ensaladas y pan. Un tercio del consumo de azúcar proviene de bebidas azucaradas, y una sexta parte de los alimentos que las personas normalmente perciben como chatarra, como chocolates, galletas y helado.
En Estados Unidos, no hay una ingesta alimentaria de referencia para el azúcar en las etiquetas de información nutrimental. En Europa, existe información sobre los alimentos, pero no distingue entre niños y adultos. Una lata de refresco de cola regular contiene nueve cucharaditas de azúcar añadido, que es el triple del límite superior de la ingesta recomendada en 2009 por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos para un niño de 8 años. La información sobre cantidad diaria en la guía de Reino Unido describe estas nueve cucharaditas de azúcar como 39% de la cantidad diaria de la directriz. Sobre la base de esta tranquilización falsa, sería comprensible que los padres creyeran que es inocuo que su niño consuma dos latas y media por día.
Medscape / Farmanuario.