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Infecciones respiratorias, un clásico del invierno

 

Se presentan con mayor frecuencia en los meses de frío y para prevenirlas es muy importante evitar la transmisión de los microbios, a través de medidas como la utilización de antisépticos, el lavado de manos y el uso de artículos de protección respiratoria.

Las infecciones respiratorias se clasifican en altas cuando comprometen la nasofaringe, orofaringe, laringe, oídos o senos paranasales; y bajas cuando afectan los bronquios y el pulmón desencadenando bronquitis, bronquiolitis y neumonía. En este artículo, profundizaremos las infecciones respiratorias más frecuentes en los meses invernales como la rinitis, sinusitis y bronquitis.

Resfrío

El resfrío o rinitis es muy frecuente en esta época, ya que es fácil de contagiar y es provocado por una gran cantidad de virus de fácil mutación. Además, hay muy poca protección generada por resfríos previos. Se trata de la infección viral más común del tracto respiratorio superior, que se presenta como una inflamación aguda y leve de las membranas mucosas de las vías respiratorias superiores (nariz y senos nasales). Como es causada por virus que tienen una gran capacidad de mutación, es difícil crear una vacuna que sea efectiva contra este mal; y si bien, tras la infección se logra cierto grado de inmunidad, ésta dura sólo dos meses y estamos protegidos únicamente frente al mismo germen.

El período de incubación es de 1 a 3 días, y remite espontáneamente en un período de 5 a 7 días. Sus síntomas suelen ser malestar general, cansancio, estornudos, tos, intensa secreción y congestión nasal (con obstrucción nasal), disminución del olfato y gusto, lagrimeo ocular, alteración del timbre de la voz, dolor de garganta, cefalea (principalmente frontal y periocular), dolores musculares y articulares, y fiebre de poca entidad. Las complicaciones no son frecuentes, pero a veces se observan sinusitis y otitis por sobreinfección bacteriana.

Para prevenir este tipo de infección es muy importante lavarse las manos regularmente con agua y jabón, utilizar pañuelos desechables y taparse la boca al toser y estornudar. También es fundamental protegerse del frío y de los cambios de temperatura abruptos, ya que las posibilidades de ser contagiados aumentan cuando la superficie corporal está fría por la contracción de los vasos sanguíneos que bajan la temperatura de la mucosa nasal, favoreciendo el ingreso del virus al organismo. No hay un tratamiento específico para el resfrío, lo que se trata de hacer, es disminuir los síntomas y el malestar. Entonces, se recomienda:

  • Hacer reposo
  • Llevar una dieta blanda que facilite la deglución y digestión
  • Ingerir abundante líquido
  • Administrar fármacos como analgésicos, antiinflamatorios, antitérmicos, descongestionantes nasales, antitusígenos y mucolíticos.

Sinusitis

Es la inflamación de la mucosa de los senos paranasales y suele ocurrir tras un resfrío común, que en lugar de curar agrega otros síntomas al proliferar bacterias. En las personas adultas suelen verse afectados con mayor frecuencia el seno maxilar, seguido del etmoidal, el frontal y esfenoidal.  Entre los síntomas de la sinusitis se incluyen: congestión nasal, secreción purulenta nasal del lado afectado, dolor facial incrementado con la presión sobre el seno afectado, disminución del olfato, alteración del timbre de la voz y cefaleas.

Dado que la mayoría de las sinusitis son de etiología bacteriana es necesario administrar antibióticos; también se indican corticoides tópicos nasales que han demostrado utilidad en el tratamiento de esta infección. De no menor importancia es realizar lavados con suero fisiológico para arrastrar secreciones y ayudar a permeabilizar las fosas nasales y vasoconstrictores nasales por no más de 2 a 3 días.

Bronquitis aguda

La bronquitis aguda es la inflamación que afecta la mucosa de la tráquea y los bronquios principales, es transitoria, en su gran mayoría de causa viral, y se asocia a infecciones respiratorias altas. Luego de 3 a 4 días de presentar los mismos síntomas que una infección respiratoria del tracto superior, se comienzan a manifestar los síntomas de la bronquitis. La tos es el principal signo de la bronquitis aguda, incluso a veces es el único. Comienza siendo seca y es provocada por la inflamación del tejido que recubre los conductos bronquiales, y luego pasa a ser productiva, mucosa y mucopurulenta. También pueden presentarse los siguientes síntomas: malestar general, expectoración, mucosidad, dolor torácico, disnea (dificultad respiratoria, falta de aire), fiebre, y sibilancias en personas con asma.

Por lo general, la bronquitis desaparece en aproximadamente 5 días, aunque la tos perdura de 7 a 10 días, pudiendo incluso llegar a un mes. Cuando la tos con expectoración se presenta por tres meses o más se considera bronquitis crónica, un tipo de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) muy común en los fumadores.

Si bien no existen medidas que puedan prevenir esta infección, llevar un estilo de vida saludable y realizar deporte hará que nuestro cuerpo tenga mejores defensas lo que puede ayudar a evitarla, al igual que evitar el tabaquismo. Para el tratamiento de la bronquitis aguda, se intentan aliviar los síntomas y el malestar. En caso de tener dificultad para respirar, se tratará de facilitar la respiración y expectoración a través de vaporizadores o humidificadores, hacer vahos, y beber té o sopa caliente. En el caso de presentar fiebre, se recomiendan los antitérmicos. Aquellas personas que fuman, deberán evitar hacerlo para no irritar las vías respiratorias. Si la infección es provocada por una bacteria, el médico indicará antibiótico, pero en la mayoría de los casos es ocasionada por un virus, por lo cual es muy importante la consulta médica, evitando la automedicación. En algunos casos, cuando la persona tiene asma o afección pulmonar crónica, los especialistas pueden recetar un broncodilatador para abrir las vías respiratorias.

Tos crónica

La tos constituye un reflejo que oficia de mecanismo de defensa de la vía aérea y mantiene su permeabilidad. Por lo tanto, contribuye a la eliminación de secreciones respiratorias y materiales extraños. Su causa más frecuente son las infecciones respiratorias, y puede clasificarse en aguda cuando esta es menor de tres semanas de evolución, y crónica cuando dura más de tres semanas. Esta puede inducir vómitos, dificultad para dormir y molestias varias, por lo que en determinadas situaciones se plantea la necesidad deun tratamiento.

Entre los tratamientos farmacológicos para la tos, se incluyen los jarabes o antitusígenos y mucolíticos. Los primeros se utilizan para disminuirla o eliminarla, mientras que los últimos son eficaces en ayudar a expulsar y eliminar la expectoración.Se distinguen dos grupos de fármacos antitusígenos: opioides y no opioides. Los primeros tienen un efecto directo en el centro nervioso de la tos, y las dosis necesarias para alcanzar el efecto antitusígeno son habitualmente menores que para alcanzar el efecto analgésico. Los más frecuentemente utilizados son codeína, hidrocodona, dihidrocodeína, dextrometorfano y dextropropoxifeno. Dentro de los no opioides, se utilizan antialérgicos del tipo antihistamínicos y otros antitusígenos de los cuales se desconoce con exactitud su mecanismo de acción.

 

En este tipo de afecciones, se tiende mucho a la automedicación, provocando consecuencias negativas como el uso de antibióticos, que son ineficaces ya que el resfrío es producido por un virus.

 

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