Una boca sin cuidar ocasiona a largo plazo complicaciones en el hígado, riñón, corazón y también alteraciones gastrointestinales. Los problemas bucales determinan un mal inicio de la digestión en la boca.
Para evitarlo es muy recomendable cepillar los dientes de tu perro a diario. Con ello se consigue prevenir la formación del sarro, de la placa, y minimizar el riesgo de infecciones como la gingivitis. No hace falta comprar un cepillo de dientes específico para perros. Se puede utilizar una gasa humedecida en agua alrededor del dedo para frotar la superficie dental.
Los perros pequeños son por lo general los que mayores problemas tienen de mal aliento y también los que más sarro acumulan, por lo que hay que estar muy atentos al cuidado de su boca (aunque todos los perros, de todos los tamaños pueden padecerlo).
Haz del cepillado una rutina
Si es posible, acostumbra a tu perro a la limpieza dental en casa, hecha con regularidad, incluso cuando todavía sea un cachorro, esto ayudará a tu perro a acostumbrarse desde pequeño y se hará un hábito entre los dos.
Para hacerlo, debes frotar suavemente sus dientes con un paño suave o un cepillo de cerdas suaves para niños, además de usar una pasta formulada especialmente para perros.