Uno de los signos de alerta que puede advertir a los médicos sobre la presencia del nuevo coronavirus es la pérdida repentina del olfato -anosmia- y del gusto -disgeusia-, además de los ya conocidos síntomas de fiebre, tos seca y cansancio.
Ahora los investigadores comenzaron a observar una tendencia inusual: la pérdida del olfato y el gusto podría persistir meses en pacientes recuperados por COVID-19.
El dato surge de una investigación llevada adelante por los Archivos Europeos de Otorrinolaringología, de 417 pacientes que sufrieron formas leves a moderadas de COVID-19 en Europa, donde el 88% y el 86% informaron disfunciones del gusto y el olfato, respectivamente, incluso después de que dejaron de tener otros síntomas por coronavirus.
Los trastornos del gusto y el olfato pueden ocurrir con la edad o como resultado de otras afecciones. La gripe puede adormecer temporalmente esos sentidos, por ejemplo, mientras que las enfermedades respiratorias agudas pueden inhabilitarlos por largo tiempo.
El virus presenta capacidad y afinidad por el tejido neural. El neuroepitelio olfatorio se encuentra ubicado en la nariz. Ocupa una superficie de aproximadamente 5 cm2 y está formado por tres tipos de célula; las neuronas o células olfatorias, las células de sostén y las células basales. Se estima que el ser humano tiene entre 10 y 20 millones de neuronas o células olfatorias. La capa de moco protege al epitelio olfatorio de temperaturas extremas, de contaminantes y de partículas irritantes. Las células de sostén rodean las neuronas receptoras y regulan la transducción olfatoria hacia el cerebro, mientras que las células basales tienen capacidad de regeneración.
Cualquiera que haya tenido el resfriado sabe que una nariz tapada impide el olor y el sabor. La capacidad del nuevo coronavirus de descomponer los receptores del olor es desconcertante porque ocurre sin congestión nasal. Una teoría es que los receptores olfativos que van al cerebro, que son esencialmente como una carretera hacia el cerebro, se autodestruyen para que no puedan llevar el virus al cerebro.
Infobae / Farmanuario.