Los ésteres de organofosfato, compuestos ampliamente utilizados como retardantes de llama y plastificantes para aumentar la durabilidad de dispositivos electrónicos, se han relacionado con la reducción de la capacidad cognitiva en niños y cáncer papilar de tiroides en adultos, así como peores resultados de fertilización in vitro.
Para investigar las fuentes de exposición a ésteres de organofosfato, un estudio de casos y controles reclutó a 51 mujeres con y sin cáncer de mama. El mismo se publicó el 4 de diciembre en la revista Environment International.
La edad media de las mujeres fue de 41 años, y 78% tenía cáncer de mama. Las mujeres eran predominantemente blancas, muy educadas, con 54% que reportaba un ingreso familiar promedio de más de 100.000 dólares.
Las mujeres completaron un cuestionario sobre las características del hogar, datos demográficos y de estilo de vida personales, el uso de productos para el cuidado personal y la frecuencia de lavado de manos, así como presencia y uso de los principales dispositivos electrónicos y muebles tapizados.
El equipo realizó dos evaluaciones en el hogar, separadas aproximadamente por 3 semanas, para registrar los niveles de partículas en el aire respirable y el polvo del piso en las habitaciones (n = 51) y en las habitaciones de uso más común (n = 26).
Se limpiaron las palmas y el dorso de las manos de los participantes. También se tomaron toallitas de superficie de productos electrónicos que operaban a temperaturas elevadas o estaban en contacto frecuente con las manos.
Seis de los 23 ésteres de organofosfato se detectaron en más de 80% de las muestras de aire, y siete tenían frecuencias de detección de más de 70% en muestras de polvo, sin diferencias significativas entre el dormitorio y la habitación más utilizada.
Las palmas tenían concentraciones más altas de ésteres de organofosfato que el dorso de las manos.
Para los nueve ésteres de organofosfato detectados en dispositivos electrónicos, las concentraciones en dispositivos de mano fueron más altas de manera estadísticamente significativa que las observadas para dispositivos no de mano, como los televisores.
Los resultados no permiten distinguir si el teléfono celular está actuando como una fuente de ésteres de organofosfato o más bien como un indicador de exposición a los mismos en el tiempo y en el espacio; es probable que ambas explicaciones sean razonables.
Los niños son especialmente vulnerables: lavar dispositivos y manos
Los nuevos hallazgos se producen en medio de llamamientos para un mayor enfoque en los impactos ambientales y de la salud humana de la electrónica. Los estándares existentes de la industria electrónica cubren la seguridad térmica, eléctrica, óptica e incluso acústica de los productos, pero no especifican cómo se deben analizar los materiales para detectar posibles impactos toxicológicos.
Esta exposición es de particular preocupación entre los niños, dada la exposición acumulada de por vida, siendo a su vez los niños más vulnerables.
Se recomienda que todos los usuarios de teléfonos y dispositivos de mano sean conscientes de la cantidad de tiempo que pasan usando sus dispositivos y los limpien de vez en cuando.
Medscape.