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Cómo prevenir lesiones en la rodilla

 

Un dolor en esta articulación no es como un dolor en otra parte del cuerpo: si la rodilla duele estamos obligados a parar. Es la articulación más grande del organismo y funciona como si fuese una bisagra compleja, permite que el fémur se flexione y se extienda con respecto a la tibia, habilita las rotaciones y tiene un cierto grado de elasticidad.

Al hacer deporte es una de la articulaciones más exigidas: «Tiene que sostener el peso del cuerpo ya sea para caminar correr y también tiene una movilidad muy elevada que nos permite hacer un montón de movimientos», señala la licenciada Mónica Avila, profesora de educación física y nutricionista argentina. «Permite saltar, caer, hacer giros y cambios bruscos de dirección y responder a ciertos desequilibrios», añade.

El dolor y los tipos de lesiones

Como explica el doctor Ricardo Soto, cirujano argentino especialista en ortopedia, traumatología y medicina del deporte del Sanatorio Modelo de Caseros, «Hay que prestar atención a todo tipo de dolor, ya que este puede estar indicando un proceso inflamatorio o una lesión, que es necesario tratar médicamente».

Las lesiones más frecuentes que se encuentran en la consulta médica son tendinitis (las inflamación de los tendones), rupturas tendinosas, rupturas de ligamentos o rupturas de los meniscos. También pueden producirse procesos degenarativos propios del envejecimiento o ciertos deportes como son las lesiones osteocondrales (que pueden derivar en artrosis).

Entre los factores más comunes que pueden provocar una lesión o una inflamación en la rodilla el especialista enumera: sobre entrenamiento, traumatismos o microtraumas repetitivos (golpes fuertes o menores), sobrepeso, calzado inadecuado o mal estado del campo de deporte.

A lo dicho, la profesora Avila añade también el «azar» puede influir. «En general las lesiones más graves son por mecanismos indirectos. Vas caminando, se tuerce una rodilla y se puede provocar una ruptura de ligamentos, lo mismo puede ocurrir debido a un mal apoyo. También podés caerte y golpearte, o hacer involuntariamente un giro brusco cuando el pie queda atrapado en el suelo, algo muy común por un taco enganchado en una ranura», enumera.

Cómo proteger la rodilla

La rodilla está cubierta por una musculatura voluminosa y potente que sirve para dar movilidad pero también estabilidad. El entrenamiento adecuado de toda esa musculatura es beneficioso para proteger la articulación.

Según señala «el dato positivo es que toda la musculatura se puede entrenar para que esté fuerte, flexible y que proteja la articulación. En cambio, los ligamentos y los meniscos no se pueden entrenar; son elementos pasivos y muchas veces, por un golpe se rompe el menisco y por eso, al mismo tiempo, se rompe el ligamento». Para prevenir golpes y caídas o que el cuerpo esté mejor preparado para reaccionar a imprevistos la experta recomienda practicar ejercicios de propiocepción, es decir aquellos que brindan al cerebro la información de la ubicación y el movimiento de los músculos.

Por otra parte, el deportólogo Ricardo Soto, añade que durante el entrenamiento y la práctica deportiva es preciso respetar una serie de pasos necesarios: «Hay que calentar los músculos, mantenerlos en un buen estado de elongación, desarrollar un balance muscular, respetar los ritmos de entrenamientos, respetar los tiempos de descanso, variar el modo de hacer ejercicio y también variar la actividad y si se puede no hacer siempre el mismo deporte». También suma que fundamentar mantenerse en el peso adecuado y usar el calzado y la ropa indicada para cada deporte.

La licenciada Avila – que además de profesora de educación física es nutricionista- hace énfasis en la importancia de mantener un peso saludable prevenir lesiones en las rodillas. «Recordemos que ellas sostienen el peso del cuerpo», señala.

 

Fuente: La Nación.

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