El hígado graso no alcohólico o esteatosis hepática se asocia a los trastornos metabólicos. La inflamación del hígado, unida a los depósitos de grasa en este órgano, ocasiona una enfermedad silenciosa que da síntomas sólo en las etapas avanzadas.En el hígado se producen y almacenan productos intermedios (lípidos azúcares y proteínas) básicos para la mayoría de funciones vitales y es un órgano que participa también en la desintoxicación del organismo.
Pacientes diabéticos (7% población) obesos (15 a 20% población) y con alteraciones en el metabolismo lipídico tienen más riesgo de sufrir enfermedades hepáticas aunque también existe un pequeño grupo de pacientes que no tienen estos factores y que tampoco toman alcohol y que sin embargo pueden llegar a desarrollar la enfermedad.
El desarrollo de esteatósis hepática se ha asociado además a tres aspectos claves
- El componente genético: se ha asociado una mutación en el gen de la adiponutrina a la predisposición a padecer el trastorno.
- El microbioma: existe más bacterias en el intestino que células en el organismo, de ahí su importancia en el funcionamiento del sistema digestivo y del organismo su conjunto se ha descubierto que uno de los tres tipos de composición de la flora intestinal los denominados esterotipos aumenta el riesgo de padecer la enfermedad.
- Obesidad infantil: la obesidad media de 7, 9 u 11 años se asocia a un aumento del riesgo de esteatósis hepática.
Estudios diagnósticos
- Prueba ecográfica: el hígado se observa brillante en la ecografía.
- Transaminasas: una elevación en la transamisas (los “chivatos” de la inflamación) en la analítica sanguínea indica inflamación en el hígado.
- Trastorno metabólico: si el paciente presenta algún trastorno metabólico como diabetes, la hipertensión, alteraciones en lípidos, obesidad y síndrome metabólico.
Tratamientos
No existen tratamientos farmacológicos aprobados para esta enfermedad pero se ha visto que las intervenciones en el estilo de vida, como la dieta, el ejercicio, y la pérdida de peso resultante, ayudan a mejorar este trastorno.
La pérdida de peso es la estrategia comúnmente recomendada para todos los pacientes obesos y con sobrepeso con hígado graso no alcohólico. Los regímenes de ejercicios basados en el entrenamiento aeróbico y de resistencia, reduce la grasa del hígado así como la grasa visceral.
Existen medicamentos que son utilizados para disminuir el flujo de ácidos grasos libres en el hígado y que reducen la oxidación hepática y no la patogénesis.
Estudios actuales demuestran que la metformina utilizada para el tratamiento de diabetes actúa de forma benéfica en el tratamiento de la esteatosis porque mejoran la resistencia a la insulina.
Farmanuario.