La tuberculosis (TB) es una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Según el Global Tuberculosis Report 2017, se estima que hay unos 1700 millones de infectados,de los cuales el 5-10 % desarrollarán una TB activa a lo largo de su vida. En 2016, se estima que 10,4 millones de personas desarrollaron la enfermedad, con 1,7 millones de muertes (de estas, unas 250.000 en niños).
Los planes de control de la TB descansan en tres pilares:
- -Refuerzo de la capacidad social y sanitaria en la prevención de la infección.
- -Intensificación de la investigación.
- -Cuidados, prevención y tratamiento centrados en los pacientes; incluye la detección y tratamiento de casos, y la prevención en poblaciones de riesgo. En este caso, la vacunación con BCG, al nacimiento o tan pronto como sea posible, es una de las claves.
La vacuna BCG (Bacilo Calmette-Guérin) es una vacuna a gérmenes vivos atenuados, derivada del Mycobacterium bovis. La vacuna BCG comenzó a utilizarse en 1921 y es probablemente la vacuna más utilizada en el mundo a lo largo de la historia.
La OMS ha publicado recientemente recomendaciones de uso de la vacuna BCG (Wkly Epidemiol Rec. 2018;93(8):73-96) en la prevención de la tuberculosis (TB) y amplía su ámbito, incluyendo también a la prevención de otras infecciones por micobacterias no tuberculosas, como la lepra (M. leprae) y la úlcera de Buruli (M. ulcerans).
- La vacuna BCG tiene una probada efectividad frente a la TB, aunque la protección conferida es variable según las formas clínicas y los grupos de edad.
- La protección frente a la TB pulmonar es elevada con la vacunación neonatal y moderada con la vacunación posterior en niños tuberculin-negativos.
- Se administra por vía intradérmica y se recomienda una dosis única estándar: 0,05 ml en los menores de 1 año de edad, y 0,1 ml en los mayores de esta edad.
OPS/FARMANUARIO