A pesar de que su nombre no es especialmente conocido, la tendinosis glútea, anteriormente conocida como trocanteritis o bursitis trocantérea, es una lesión habitual, sobre todo en la mujer, aunque no de forma exclusiva.
Se reconoce por un dolor constante en la cadera que está provocado por la lesión en los tendones que rodean el trocánter mayor, que terminan provocando la inflamación de las bursas, las bolsas rellenas de líquido sinovial que rodean y protegen la parte superior del fémur que conecta con la cadera.
Se estima que el riesgo de padecerla a lo largo de la vida en los países occidentales está entre el 10% y el 15%. Lo normal es encontrarse con casos agudos que se dan una o dos veces en la vida y que no se vuelven a repetir. Aunque en uno de cada diez pacientes el problema se cronifica.
Se ve principalmente en mujeres de edad avanzada, en las que influye la disposición de la pelvis. En ellas se amplía la separación entre ambos fémures y se genera una mayor fricción en la zona afectada.
También se observa en personas jóvenes de perfil deportista donde existe un sobre uso de la articulación de la cadera. En estos casos, la patología tiende a ser más aguda, durar menos tiempo, ser más inflamatoria y responder mejor a los tratamientos iniciales. En pacientes de más edad existe una tendencia mayor a la cronificación y a la tendinopatía, que puede llegar a provocar no sólo el dolor crónico sino pérdida de fuerza y cojera.
Síntomas
El principal síntoma es el dolor en la cadera, localizado normalmente en la parte externa del muslo superior. Suele percibirse con mayor intensidad en cambios posturales. Por ejemplo, de posición sentada a incorporada, o por las noches si el paciente duerme de lado y presiona la zona afectada.
En caso de llegar a inflamarse la cintilla iliotibial, el dolor puede asociarse a hormigueos y extenderse por la cara externa del muslo llegando hasta la rodilla. En los casos asociados a tendinosis, se puede notar debilidad muscular.
Normalmente se diagnostica en la consulta de traumatología, tras una entrevista y exploración física detallada de la articulación de la cadera, buscando el punto más doloroso sobre el trocánter mayor. Se debe sospechar si el dolor ha aparecido tras un sobre esfuerzo y si no hay antecedente de traumatismo ni de enfermedades reumáticas.
Tratamiento
En los tratamientos iniciales se aplican programas de rehabilitación y fisioterapia, intentando corregir las actividades que provocan el dolor y adquiriendo rutinas de ejercicio físico de bajo impacto que fortalezcan la zona afectada. Mejorar la flexibilidad y resistencia del músculo tensor de la fascia lata suele ayudar a mejorar la salud del tendón afectado y reducir el dolor.
Es muy importante tanto para el tratamiento como para la prevención iniciar un programa de estiramientos y fortalecimiento del piramidal o de los glúteos. De hecho, nos ayudará a mejorar la musculatura general de la cadera para equilibrar progresivamente el balance articular y disminuir la fricción en la zona.
Los especialistas recomiendan también el empleo de terapias de frío localizado para reducir el dolor y la inflamación. Si el dolor no remite, se suele valorar la infiltración con corticoides. Dan un rápido alivio, pero no ayudan a mejorar el pronóstico.
Si llegado a este punto la terapia sigue sin funcionar, puede llegar a recurrirse al tratamiento quirúrgico.
Cuidados en casa
Gran parte del éxito de la terapia adoptada para eliminar el dolor provocado por esta tendinosis glútea está en las rutinas que adopte el paciente a nivel domiciliario. Es muy importante seguir de forma constante desde casa los ejercicios recomendados por el especialista que esté siguiendo el caso.
Por otra parte, se debe evitar la fricción en la zona. Es decir: nada de masajes directos, sentarse o apoyar la zona afectada en superficies duras.
Cuidate Plus / Tendencias en Medicina.