Barcelona, Lima y otras doce ciudades se comprometen a aplicar para el año 2030 un conjunto de políticas que estimulen una dieta más saludable y sostenible entre sus habitantes.
Su promesa fue lanzada en Copenhague en la primera jornada de la cumbre de alcaldes de ciudades contra el cambio climático C40, que hasta el sábado 12 de octubre propuso en común soluciones eficaces contra el calentamiento.
Copenhague, Londres, Los Ángeles, Milán, Oslo, París, Ciudad Quezón (Filipinas),Guadalajara (México), Seúl, Estocolmo, Tokio y Toronto son las otras grandes urbes de la iniciativa.
En total, según destacó el C40, sirven 500 millones de raciones al año para sus 64 millones de ciudadanos en escuelas, hospitales y otras instituciones públicas.
Su declaración en favor de una dieta sana apuesta por reducir los desperdicios, dar prioridad en las compras públicas a productos orgánicos y alimentos equilibrados y nutritivos, y hacer accesible esa compra entre sus ciudadanos.
A mayor escala, quieren una estrategia común entre los habitantes, empresas y otras organizaciones para conseguir implantar la llamada «Dieta sana planetaria».
La mitad de ese régimen está compuesto por frutas y verduras. La otra mitad debería tener sobre todo cereales, fuentes de proteínas vegetales y, opcionalmente, en cantidades modestas, carne.
Esa dieta saludable proporciona a un adulto hasta 2.500 calorías diarias, es baja en productos ultraprocesados y no supera los 16 kilos al año por persona y los 90 kilos de productos lácteos.
Si se siguiera en todo el mundo, podría reducir en un 60 % las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según una investigación realizada por la Comisión EAT-Lancet , que fue publicada en enero de este año.
Además, según su estudio, consumir alimentos más saludables podría salvar 11 millones de vidas anualmente y contribuir a que las personas sean más productivas, porque los alimentos ultraprocesados y con altas dosis de azúcar, grasa y sal afectan a la salud.
El C40 calcula que el 80 % de toda la comida que se produce a nivel global se consumirá en las ciudades para 2050. Sin cambios sustanciales en la forma en que se producen, transportan y desechan los alimentos, su investigación advierte de que las emisiones del sector alimentario aumentarán en casi un 40 % para ese año.
EFE/ Farmanuario.