El agua es un nutriente esencial.
El agua tiene un rol muy importante en diversos procesos fisiológicoscomo: digestión yabsorción de nutrientes, eliminación de desechos metabólicos, transporte de nutrientes y otras sustancias corporales, mantenimiento de la temperatura corporal, estructura y función del aparato circulatorio, etc.
La mayoría de las reacciones químicas que sostienen los procesos vitales en los seres humanos se producen en un medio líquido formado por agua, en la que están disueltos numerosos componentes. El agua no solo actúa como solvente, sino que participa activamente como sustrato en numerosas reacciones químicas y es el producto final de todos los procesos de oxidación.
En el cuerpo humano el agua es el elemento de mayor magnitud, representa entre 45 y 75% del peso corporal. En el recién nacido el agua representa 79% del peso corporal y al año de vida, 60%. Estas cifras explican las necesidades tan elevadas de este elemento en el lactante, y la gran susceptibilidad a la deshidratación ante su mayor pérdida o menor aporte. En el adulto 50-60% del peso corporal está representado por agua.
El contenido total de agua presenta grandes variaciones entre los individuos, determinadas sobre todo por la edad, el sexo y la composición corporal. El contenido de agua tiene una relación inversa con la edad y directa con el peso magro. A partir de la pubertad los varones tienen una mayor proporción, vinculado a una mayor masa magra. Los atletas tienen mayor porcentaje corporal de agua en relación con su mayor contenido de masa magra, menor grasa corporal y mayor cantidad de glucógeno a nivel del tejido muscular.
El porcentaje de agua es muy variable entre los diversos tejidos, siendo mayor en músculos y vísceras y mínimo en el tejido adiposo y el hueso. En el adipocito el citosol se encuentra ocupado por vacuolas que contienen sobre todo triglicéridos y muy poco contenido de agua.
Existen limitados conocimientos sobre cuáles deben ser los componentes ideales del agua para beber. Algunos como sodio, flúor, nitratos y calcio han sido más estudiados. De otros, como trihalometanos, herbicidas, compuestos orgánicos o metales pesados es necesario profundizar los conocimientos.
Organismos nacionales e internacionales han reconocido y pautado determinadas condicionantes que deben reunir las aguas de consumo humano.
Es muy importante resaltar el papel que desempeña el agua en la estrategia de hábitos saludables de nutrición en la infancia y adolescencia.
En primer lugar se debe promover el consumo de la cantidad diaria recomendada según las necesidades personales.
En segundo lugar es trascendental insistir en que los niños ingieran agua, en lugar de jugos o bebidas azucaradas.
Este es uno de los hábitos fundamentales en la prevención del sobrepeso/obesidad a todas las edades.
A pesar de su importancia, muchas veces no se valora el rol del agua en la ingesta adecuada de nutrientes y no se la incluye en las recomendaciones nutricionales.
Necesidades de agua en la infancia
El agua que ingresa al organismo proviene de su ingesta como tal y del agua contenida en los alimentos. El cuerpo humano no almacena agua, por lo que la cantidad que se utiliza debe ser restituida para garantizar su buen funcionamiento.
Las necesidades de agua guardan relación con las calorías consumidas, estimándose 1 mL por cada caloría consumida. Existe una gran variabilidad en las necesidades de agua entre los individuos basada en diferencias en el metabolismo, las condiciones ambientales y el grado de actividad física.
Los lactantes presentan mayor contenido corporal de agua por kilo de peso, mayor área de superficie corporal, menor desarrollo de los mecanismos de sudoración, limitada capacidad renal de excretar solutos y menor capacidad de expresar la sed, por lo que tienen mayores requerimientos hídricos.
Los lactantes alimentados a pecho directo exclusivo (PDE) no necesitan agua suplementaria, tanto en clima templado como en clima húmedo. Esta afirmación es válida para los casos en los que ya está totalmente instaurada la lactancia materna (LM). Durante la primera semana de vida esta condición puede no lograrse en todos casos, por lo que habrá que vigilar, sobre todo la pérdida excesiva de peso corporal, como signo incipiente de deshidratación.
La leche humana tiene mayor contenido de agua por unidad de energía que la dieta de un adulto. A los 9 meses de edad la leche contribuye a la ingestión del 57% del total de agua; este porcentaje se reduce a 52% y a 43% a los 12 y 18 meses respectivamente.
Recomendaciones sobre el consumo de agua en la infancia y adolescencia
Para las recomendaciones sobre consumo de agua se utiliza la Ingesta Adecuada (IA), que se basa en estimar la cantidad bebida que parece ser suficiente para la mayoría de la población, basándose en las ingestas medias de grupos de individuos sanos. Las personas sanas compensan rápidamente la sobrehidratación o la subhidratación, por lo que no es posible identificar un nivel de ingesta de agua que garantice la hidratación, la salud y la reducción del riesgo de enfermedad. Por esto no se pueden establecer ni el consumo necesario promedio estimado (EAR) ni la dosis diaria recomendada (RDA) de agua. Tampoco se puede establecer el nivel máximo tolerable de ingestión. Las recomendaciones para adultos se aplican solamente a temperatura ambiental y con actividad física moderada.
Durante el primer año de vida la IA de agua se calcula en base a datos referidos al consumo de leche materna. En los primeros 6 meses de vida la ingesta promedio de leche humana es 0.78 L/día. Cómo aproximadamente el 87% del volumen de la leche humana es agua, la IA de agua se ha estimado en 0.7 L/día. Entre los 6 y 12 meses se estima una ingesta de agua procedente de leche materna, otras bebidas y alimentación complementaria de 0.8 L/día.
Los alimentos sólidos proporcionan 20-30% de la ingesta total de agua, alrededor de 700 a 800 mL/día. El pan tiene 40% de su contenido representado por agua. En las comidas calientes 40-70% del contenido es agua, en frutas y verduras 80% y en la leche 90%. Las dietas ricas en frutas y verduras aportan una cantidad significativa de la ingestión total de agua. La comida rápida tiene bajos contenidos de agua.
El metabolismo produce agua: la oxidación completa de 1 mol de glucosa (180 g) produce 1 mol (108 mL) de agua. La oxidación de 1 mol de palmitato produce 16 moles de agua. La conversión de 1 g de glucógeno en glucosa libera 2.7 mL de agua. La oxidación de proteínas, aunque produce agua, conduce a una pérdida neta de 3-8 mL de agua por gramo de proteína oxidada, por la necesidad de eliminar la urea producida, diluida en agua. Se considera que se producen en forma diaria 250 mL de agua como resultado del metabolismo oxidativo; con actividad física intensa se pueden producir hasta 600 mL.
Se recomienda que los niños consuman 150-200 mL de líquido y los adolescentes 300-400 mL, 45 minutos antes de comenzar el ejercicio. Mientras dure la actividad se recomienda ingerir líquidos cada 20 minutos: 75-100 mL en escolares y 150-200 en adolescentes.
Es importante que haya siempre agua disponible en bebederos públicos. Otras recomendaciones son: portar siempre recipientes con agua simple; evitar tener bebidas azucaradas en el hogar; fomentar el consumo de agua durante actividades deportivas, en lugar de bebidas energéticas. Cuando se consuman bebidas azucaradas, la recomendación es hacerlo en pequeñas dosis. El jugo de frutas no ofrece beneficios nutricionales, es preferible el consumo de leche o agua y fruta entera.
Para conocer más: Tendencias en Medicina Nº 49

                                    