El envejecimiento de la población y la proliferación de las enfermedades crónicas han provocado que los pacientes polimedicados cada vez sean más comunes.
Sin embargo, los efectos secundarios vinculados a las interacciones entre medicamentos por esta población generan problemas de salud añadidos y un elevado coste para los sistemas sanitarios.
Una investigación realizada por el Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) del Reino Unido reclutó a 1.280 adultos mayores, con una mediana de edad 82 años, de cinco hospitales del sur de Inglaterra. Los farmacéuticos hicieron seguimiento de estos pacientes a través de tres fuentes de datos (revisión de readmisión hospitalaria, entrevista telefónica a los participantes y registros de Atención Primaria), para identificar los posibles efectos secundarios y la utilización de servicios de salud asociados a los mismos.
El estudio mostró que los daños y problemas generados por estos efectos cuesta al menos 451 millones de euros. Pero lo verdaderamente grave es que, de esta cifra, más del 61 por ciento de estas situaciones son evitables.
En total, el 37 por ciento de los participantes (unos 413) sufrieron efectos secundarios por su medicación. De ellos, el 81 por ciento de los casos (336) fueron graves y el 52 por ciento prevenibles (214). La mayoría de los daños fueron gastrointestinales y neurológicos y los medicamentos más asociados a ellos fueron los opiáceos, los antibióticos y las benzodiacepinas.
Gracias al estudio también se conoció la incidencia en readmisiones hospitalarias asociadas a reacciones adversas de medicamentos. La incidencia de readmisión hospitalaria asociada a reacciones adversas fue de unas 78 por cada 1.000 altas hospitalarias.
Para ver el estudio click aquí.
Redacción Médica / Farmanuario.