Hablar de hepatitis C (virus hepatitis C) significa hablar de una enfermedad con un alto costo sanitario que, pese a ser curable, representa la primera causa de indicación para trasplante hepático en el mundo occidental y en Uruguay.
Generalmente el trasplante es la opción curativa frente a diversas enfermedades. Por tanto, podría pensarse que el trasplante hepático, es la solución para las personas con virus hepatitis C (VHC) positivas. Sin embargo, la historia continúa y la infección por el VHC es una de las complicaciones más importantes en el postrasplante. Efectivamente, el VHC circula en la sangre del futuro trasplantado y a las pocas horas de la cirugía, favorecido por la inmunosupresión natural y farmacológicamente inducida, llega al nuevo órgano. De este modo la reinfección por el VHC postrasplante es universal y a los 5 años, el 80% de estas personas tienen una enfermedad hepática crónica sobre un hígado trasplantado.
Hepatitis C en Uruguay y en el mundo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que existe en el mundo 71 millones de personas con infección crónica por el VHC, es decir casi 24 veces la población de Uruguay. Cada año mueren en el mundo unas 399.000 personas debido a la hepatitis C, sobre todo por cirrosis y carcinoma hepatocelular (HCC). En Uruguay, las proyecciones a partir de la prevalencia en bancos de sangre, permiten sospechar que existen entre 35.000 y 50.000 infectados. El VHC representa el 70% de las muertes por HCC y el 50% de las muertes por cirrosis (Informe Epidemiología HVB-HVC, MSP, setiembre 2017. CONASIDA). Los datos existentes son escasos y no permiten conocer la verdadera magnitud del problema.
Tratamiento de la Hepatitis C
Los objetivos del tratamiento son curar la infección para prevenir la enfermedad y sus complicaciones (cirrosis y hepatocarcinoma), manifestaciones extrahepáticas y la muerte. En el año 2011 surgen los Antivirales de Acción Directa (AAD) de primera generación: telaprevir y boceprevir, con una tasa de curación del 70%. Si se utilizan fármacos combinados, con distintos mecanismos de acción frente al VHC, la curación se aproxima al 100%. Por ello la mayoría de los tratamientos son combinaciones farmacológicas. La fibrosis, actualmente, es reversible, en la medida en que se elimine el factor generador. Por tanto, lo primero a conocer frente a un paciente con HCV positivo es el genotipo, la carga viral, la presencia de fibrosis y cirrosis.
Hecho el diagnóstico: ¿a quién tratar?
Existe consenso en que pueden tratarse todos los pacientes con hepatitis crónica por VHC, naive o no respondedores, que acepten el tratamiento y no tengan contraindicaciones. Sin embargo, las nuevas recomendaciones de Asociación Americana para el estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD) contraindican el tratamiento para aquellos pacientes con poca expectativa de vida y que no pueda ser mejorada por el trasplante hepático u otras terapias. Asimismo es desaconsejado en pacientes con expectativa de vida limitada por comorbilidades extrahepáticas. El diálogo y la relación de confianza médico-paciente son herramientas esenciales en este aspecto.
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