La manzana previene las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, protege el cerebro, contribuye al fortalecimiento de la memoria y evita las caries.
La mejor forma de comerla es con piel, ya que es dónde se encuentra la pectina –fibra natural que regula el intestino- y el ácido ursólico –vitamina que contribuye al crecimiento de los músculos-. Primero siempre hay que lavarlas con agua ya que pueden contener químicos.
Uno de los beneficios de la manzana es que evita la subida de peso. Esto se debe a que regula los niveles de azúcar en sangre, tiene efecto saciante y posee propiedades diuréticas y depurativas. La pectina es una fibra soluble que regula el intestino, de forma que actúa como laxante si hay estreñimiento o absorbe el exceso de agua cuando existe diarrea.
La pectina, el fósforo, la metionina y la cisteína, nutrientes presentes en ella, ayudan a prevenir y a reducir el colesterol. Además, es muy beneficiosa para todo tipo de enfermedades renales por su contenido en cistina, arginina y ácido málico. Asimismo, la manzana contiene flavonoides que actúan como antioxidantes contra la acción de los radicales libres y limpian las arterias, ayudando a prevenir el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento. Por último, esta fruta también contiene quercetina, un antioxidante que potencia la memoria y protege el cerebro.
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