La implantación temprana de una bomba con globo intraaórtico de contrapulsación en pacientes con insuficiencia cardíaca descompensada y bajo gasto cardíaco fue un tratamiento más eficaz que los agentes inotrópicos en el estudio “Primary intra-aortic balloon support versus inotropes for decompensated heart failure and low output: a randomised trial”. Sus resultados fueron publicados el 23 de mayo en la versión electrónica de EuroIntervention y fueron presentados en el Congreso de la European Association of Percutaneous Cardiovascular Interventions (EuroPCR) de 2019.
Entre adultos con insuficiencia cardíaca descompensada sin síndrome coronario agudo (n=32), la bomba con balón intraaórtico mejoro la perfusión de manera estadísticamente significativa comparado con el tratamiento inotrópico para lograr un objetivo terapéutico de 60% o una mayor saturación venosa mixta de oxígeno (SvO2).
El dispositivo sirvió de puente para el trasplante o la implantación de un dispositivo de asistencia ventricular izquierda en cinco pacientes, en comparación con ningún paciente aleatorizado a inotrópicos como tratamiento inicial.
Los criterios de inclusión del estudio fue adultos con insuficiencia cardíaca descompensada sin síndrome coronario agudo, presión sistólica < 100 mg Hg por bajo gasto cardíaco (SvO2 < 55%) y un balance hídrico neutral o positivo pese a la administración de diuréticos intravenosos en dosis altas.
Se excluyó a pacientes con insuficiencia aórtica moderada a grave, obstrucción de la arteria femoral o síndrome coronario agudo que ocurrieran con 7 días de reclutamiento.
A todos los pacientes se les colocó un catéter arterial pulmonar y luego se les aleatorizó a implantación primaria de bomba con balón intraaórtico de 50 ml o tratamiento con inotrópicos (de preferencia enoximona, pero también se permitió dobutamina).
La media de edad de los pacientes fue de 53 años para los asignados a balón intraaórtico frente a 61 años para los asignados a inotrópicos. La media de saturación de oxígeno en sangre venosa mixta fue de 40% y 46%, respectivamente.
Para la variable primaria delta de saturación de oxígeno en sangre venosa mixta a las 3 horas, fue 17% con balón, en comparación con 5% con inotrópicos (p < 0,001).
Como variables secundarias, aquellos aleatorizados a balón intraaórtico tuvieron significativamente mayor generación de delta índice cardíaco a las 48 horas (+ 0,027 vs a + 0,09; p = 0,004), mayor disminución de NT-proBNP (-59,3% vs -16%; p< 0,001); mayor descenso en balance hídrico acumulado (-3.066 ml vs -1.198 ml; p = 0,006), y mayor disminución en la puntuación delta de disnea (-4 vs -2; p = 0,02).
Los eventos cardiovasculares adversos mayores (cruzamiento u otra intensificación de tratamiento, muerte, hospitalización por insuficiencia cardíaca, ataque isquémico transitorio o accidente cerebrovascular) fueron numéricamente, pero no significativamente, más bajos con balón intraaórtico, presentándose en 6 pacientes (38%), en comparación con 11 (69%) de los que recibieron inotrópicos.
Además, cinco pacientes del grupo de balón frente a ninguno del grupo con inotrópicos fueron cambiados a dispositivo de asistencia ventricular izquierda o trasplante cardíaco (p = 0,04).
El número de pacientes con efectos cardiovasculares adversos mayores, muertes intrahospitalarias o muertes en los primeros 30 o 90 días de tratamiento fue más bajo en el grupo de balón intraaórtico, aunque las diferencias no fueron estadísticamente significativas, probablemente debido al el pequeño tamaño de la muestra.
Este es uno de los primeros estudios que demuestra que tal vez se debería introducir el apoyo mecánico incluso antes de comenzar con inotrópicos para mejorar el pronóstico.
Medscape / Farmanuario.