Esta es una de las preguntas que más suelen hacerse los padres a medida que el pequeño cumple meses. Para ello es fundamental entender cómo es la alimentación durante el primer año de vida.
Hasta los 4 meses de edad, un bebé se alimenta exclusivamente de leche. Con independencia de que la madre opte por la lactancia materna o el biberón, cualquiera de estas dos opciones son válidas porque ofrecen al pequeño los nutrientes necesarios para su desarrollo.
A partir de los 5 meses de edad, la alimentación cambia ligeramente. La leche sigue siendo su alimento básico. Las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP), sugieren que la alimentación complementaria se inicie alrededor de los 5-6 meses, pero los bebés alimentados exclusivamente con lactancia materna pueden comenzar con la introducción de alimentos una vez cumplan los 6 meses.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta del peligro de dar agua al bebé antes de que cumpla la edad requerida. La razón es que se les pone «en riesgo de diarrea y desnutrición», ya que «el agua puede estar contaminada y causar infecciones».
Además, el organismo añade que dar agua a un recién nacido puede causar que el bebé consuma menos leche materna o suspenda la lactancia» antes de tiempo y, en consecuencia, se desnutra.
La leche materna se compone principalmente de agua (80%). Por eso, aunque sea verano y el recién nacido tenga sed o mucho calor, con amamantarlo es suficiente porque recibe el líquido necesario para no deshidratarse, protegiéndolo a su vez de posibles diarreas.
Los bebés no necesitan agua adicional, ni siquiera en climas calientes. Esta es una de las razones por las que la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva los primeros seis meses de vida.
Es, por tanto, a partir del quinto o sexto mes de vida del bebé cuando puede empezar a tomar agua. Si el bebé tiene más de 6 meses y ya come otros alimentos, después de las tomas de pecho, de vez en cuando se le puede ofrecer agua.
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