Investigadores del Instituto Nacional de Sanidad e Investigación Médica de Francia (Inserm, por sus siglas en francés) han estudiado en ratones una posible vacuna para actuar contra las enfermedades intestinales
inflamatorias crónicas, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Estas patologías están relacionadas con anomalías de la microbiota intestinal en humanos y animales. Los pacientes generalmente presentan una diversidad bacteriana reducida en su flora intestinal, junto con niveles excesivos de bacterias que expresan una proteína llamada flagelina, lo que favorece su movilidad.
Investigaciones anteriores ya habían demostrado que se
producen anticuerpos dirigidos contra la flagelina. Esto significa que el
cuerpo desarrolla espontáneamente una protección inmunológica contra la
flagelina, lo que permite controlar la presencia de las bacterias que la expresan.
Buscando reducir el riesgo de inflamación crónica, los investigadores tuvieron
la idea de estimular la producción de anticuerpos contra la flagelina para reducir la presencia
de las bacterias que expresan flagelina en la microbiota intestinal, tal y como
explican en el artículo científico “Flagellin-elicited
adaptive immunity suppresses flagellated microbiota and vaccinates against
chronic inflammatory diseases” publicado en la revista Nature Communications.
Los
investigadores administraron flagelina a ratones intraperitonealmente,
induciendo así un marcado aumento de los anticuerpos contra la flagelina,
particularmente en la mucosa intestinal. Después, aplicaron un protocolo para
inducir la inflamación intestinal crónica, por lo que observaron que la
inmunización contra la flagelina proporcionaba a los animales
una protección significativa contra la inflamación intestinal.
Además, el análisis detallado de su microbiota e intestinos reveló no sólo una reducción
en los niveles de bacterias que expresan fuertemente la flagelina, sino también su ausencia en
la mucosa intestinal, a diferencia del grupo no vacunado.
Los investigadores están considerando la posibilidad de desarrollar nanopartículas ingeribles de flagelina. Además del aspecto preventivo, ahora desean probar esta vacuna con fines terapéuticos en animales que ya presentan enfermedades inflamatorias crónicas o trastornos metabólicos.
Redacción Médica / Tendencias en Medicina

