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Meditar en casa

La meditación es una práctica de tradición milenaria que incluye distintas técnicas para promover la relajación, fortalecer la energía interna y desarrollar la concentración. Sus beneficios son múltiples para la salud, especialmente en el último tiempo cuando la pandemia ha provocado un incremento acelerado del estrés.


Con la meditación una persona logra llevar la mente a un punto de relax, generando un estado de conciencia diferente al estado mental de vigilia. Esto significa que quien practica meditación está despierto y atento, pero su atención está enfocada hacia su interior en el aquí y el ahora.


En los últimos tiempos, esta práctica ha cobrado una fuerza muy importante. La
pandemia ha provocado que millones de personas en el mundo permanezcan
aisladas de sus afectos y actividades, y como consecuencia el estrés y la angustia se han transformado en factores difíciles de manejar. Hombres y mujeres, sin importar la edad, se han enfrentado al miedo de lo que “está ahí pero no se ve”, el temor por la posibilidad de perder el trabajo y la lejanía de sus seres queridos.


El miedo es uno de los primeros sentimientos que experimentamos. Existe una
región del cerebro especializada en hacernos entrar en alerta cuando hay peligro en el entorno: la amígdala. Esta nos protege de morir o sufrir algún accidente y nos activa un estado de supervivencia, es decir, de estrés. Cuando este estrés se prologa en el tiempo produce demasiados cambios fisiológicos y mentales que generan ansiedad, ataques de pánico, angustia, depresión, etc.


La meditación es una práctica que muchas personas han encontrado para experimentar calma y paz interior durante la pandemia, porque se puede hacer
en casa y solo requiere de la voluntad de sentirse mejor. Quienes la practican
logran conciliar más fácilmente el sueño y mantenerlo, tienen más tranquilidad
durante el día, moderan las sensaciones de ansiedad, sienten que pueden volver a concentrarse y focalizarse en una tarea, y están más relajados a nivel en general.


Son muchos los estudios que demuestran que el aprendizaje de la meditación es muy eficaz para la salud, ya que contribuye a mejorar la calidad de vida y abordar enfermedades y dolores crónicos desde una perspectiva diferente.
Incluso, produce una nueva visión sobre el relacionamiento con nuestro entorno y con nosotros mismos, orientando la conciencia hacia una actitud realmente positiva. Más que una moda, es un estilo de vida con múltiples beneficios para la salud física y mental. Buscar un momento para meditar colabora a la estabilidad emocional para conocer la verdadera paz interior y alcanzar un conocimiento profundo de los pensamientos sin distracciones.
Muchos de los problemas físicos y mentales provienen de un mal relacionamiento con el entorno, lo que provoca tristeza, malestar y estrés. A su vez, esto genera tensiones físicas y emocionales que también afectan en el plano mental, por lo que las prácticas de meditación pueden ser un excelente método para afrontar los conflictos de lo inconsciente y hacerse de las herramientas para superarlos.

¿Por dónde empezar?

Si bien hay múltiples técnicas y corrientes sobre cómo meditar, algunos pasos
básicos se repiten. Para empezar, es importante elegir un sitio tranquilo que ayude a eliminar distracciones y favorezca la concentración (se puede acompañar con música suave que ayude a generar el clima). Es importante estar con ropa floja y se recomienda descalzarse. El siguiente paso es encontrar una postura cómoda que se pueda mantener durante el tiempo que dure la meditación, realizando algunos ejercicios de estiramiento en la etapa previa para preparar el cuerpo. La meditación puede practicarse sentados en el suelo sobre un almohadón o en una silla para mantener la verticalidad y no generar tensiones. Los brazos pueden ir sobre el regazo o a los costados, siempre relajados.

Luego de adoptar la postura, llega el momento de concentrarse en la respiración, el paso básico de cualquier técnica de meditación. Enfocar el pensamiento en la inhalación y la exhalación sin evaluar cómo es, simplemente sintiendo el movimiento y tomando conciencia de él.
Esto es justamente lo que permite mantener la mente en el aquí y ahora. Si algún pensamiento aparece, hay que dejarlo pasar como si fuera “una nube” sin detenerse a analizarlo. Repetir un mantra puede ayudar a alcanzar un nivel de conciencia y concentración más profundo. Para finalizar la meditación, puede hacerse un recorrido mental por las partes del cuerpo para relajarlas de forma consciente (suele comenzarse por los dedos de los pies). Hay que concentrarse en la sensación que se percibe en cada parte y hacer un esfuerzo por relajar cualquier músculo que esté contraído para liberar toda tensión o presión. Una vez completada la relajación de cada parte del cuerpo, se sentirá una sensación de calma y quietud total. Para dar por terminada la meditación, se recomienda volver a enfocarse en la respiración. Lo ideal es poder realizar esta práctica todos los días, en sesiones de 5 a 15 minutos, según el tiempo disponible, para que pase a formar parte de la rutina.

Una tendencia que crece

La meditación es una de las técnicas que viene sumando cada vez más adeptos e invita a tomar contacto con distintos aspectos de nuestra mente para trascender y alejarnos de las turbulencias de la vida cotidiana. Meditar no es “poner la mente en blanco”, sino observar: tu cuerpo, tu respiración, tus pensamientos y tus emociones. En nuestro país, existen más de veinte corrientes y maestros de meditación dispuestos a combinar distintas técnicas alternativas. Desde la última tendencia mundial como el Mindfulness, hasta prácticas más antiguas como la Vipassana, la Anapana y el Sahaja Yoga. El mundo virtual también ofrece múltiples canales para iniciarse en estas prácticas, como algunas apps gratuitas que estimulan a meditar con
regularidad para mantener nuestra mente limpia y tranquila.

Asesoramiento Lic. María José Morlan / Hola Salud.

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