El Lupus Eritematoso Sistémico pediátrico (LESp) es una enfermedad reumática poco frecuente, con grandes desafíos a nivel diagnóstico y terapéutico.
Su tratamiento complejo debe ser iniciado de forma precoz y adecuada a cada caso clínico para obtener buenos resultados, aunque no siempre puede garantizarse el éxito terapéutico por las características propias de la enfermedad.
Y es que “la presentación, el curso de la enfermedad y el pronóstico del LESp son impredecibles”, escribe el Dr. Juan Cameto (Médico Pediatra especializado en Reumatología Infantil) en la revista Tendencias en Medicina, y agrega: “El tratamiento requiere lograr un equilibrio entre la inmunosupresión necesaria para reducir el daño orgánico y la disfunción autoinmune con morbilidad de tales terapias”.
En ese sentido, el Dr.Cameto remarca que uno de los aspectos más importantes es trabajar en educar y asesorar al paciente para apoyarlo en el curso de la enfermedad. “Después del diagnóstico, los resultados dependen de respuestas rápidas al cambio en la actividad de la enfermedad y la adherencia a las terapias médicas; por lo tanto, involucrar al paciente y la familia es fundamental para obtener resultados exitosos”, dice Cameto.
En ese sentido, estos son algunos de los aspectos que el especialista recomienda abordar con los pacientes:
– La importancia del sueño, el control del estrés y el ejercicio como parte de las rutinas diarias.
– Asesoramiento nutricional, en especial si el paciente requiere corticosteroides o presenta insuficiencia renal o dislipidemias.
– Insistir en la protección solar en base a los aspectos básicos: uso de protectores solares al menos 30 minutos antes de la exposición; evitar el sol al mediodía: y el uso de ropa protectora.
En el caso de las intervenciones farmacológicas, deben ser diseñadas para cada paciente en función del tipo y la gravedad de las manifestaciones de la enfermedad. La terapia con AINE y fármacos antipalúdicos, por ejemplo, se usa para tratar las molestias musculoesqueléticas en pacientes con LESp.
Tener en cuenta estas y otras indicaciones es una buena base para mejorar la calidad de vida de los pacientes pediátricos con lupus.
FUENTE: Tendencias en Medicina (Año XXIX, No 56) / Portal Salud
