Una necesidad de cambio urgente
La salud mental incluye el bienestar emocional, psicológico y social de una persona. También determina cómo un ser humano maneja el estrés, se relaciona con otros y toma decisiones. Carl G. Jung, uno de los máximos referentes del estudio de la salud mental en el siglo XX, refirió esa pérdida de sentido, como uno de los grandes males de la vida moderna. Lo que no hay duda es que la salud mental está estigmatizada. No hay respaldo para el enfermo ni sus familiares.
Es sabido que en Uruguay el índice de suicidio es altísimo,demasiado alto podemos decir. Y la pandemia lo empeoró. Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante la pandemia por COVID-19, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25%.
Entonces como sociedad, ¿por qué no avanzamos en esta otra “pandemia? Porqué hacemos oídos sordos a una situación que viene pidiendo ayuda a gritos hace décadas.
El estigma aún persiste y la existencia de una ley de Salud Mental que ayude al enfermo y a sus familiares despierta polémica. La demanda de asistencia por parte de los pacientes y sus familiares no siempre es atendida a tiempo, incluso cuando se trata de situaciones que requieren atención inmediata.
A pesar de todo, la pandémia dejó en este tema algo positivo: y es que muchos se sienten más cómodos hablando del tema.Se animaron a pedir ayuda en medio de la desesperación. Igualmente a pesar de haber dejado atrás algunos tabúes y prejuicios, los desórdenes de salud mental continúan siendo una problemática sobre la que existe un manto de silencio y, por ende, en la que resulta difícil trabajar con empatía y eficacia para su diagnóstico y tratamiento. Quizás por eso muchas personas aún sienten vergüenza de reconocer, por ejemplo, que se encuentran atravesando patologías psiquiátricas como la depresión, la ansiedad, los trastornos bipolares o el pánico.
Tenemos como sociedad que trabajar en que la salud mental ocupe el mismo lugar que cualquier otra enfermedad: sin estigma, sin etiquetas y sin vergüenza.
