El verano puede ser una época desafiante para mantener el pelo saludable. Y es que la exposición al sol, el cloro de las piscinas y el agua salada pueden dañarlo. Sin embargo, podés adoptar hábitos que pueden marcar la diferencia: proteger, hidratar y nutrir.
Protección solar para el cabello: así como protegés tu piel, es esencial proteger tu pelo del daño solar. Usá sombreros o pañuelos para reducir la exposición directa al sol y aplicá productos con filtros UV diseñados específicamente para el cabello. Esto evitará que los rayos solares resequen y decoloren tu melena.
Hidratación profunda: durante el verano, el pelo tiende a perder humedad. Utilizá mascarillas hidratantes al menos una vez a la semana y acondicionadores sin enjuague para mantenerlo suave y manejable. También es fundamental enjuagar el cabello con agua dulce tras nadar en piscinas o en el mar para eliminar los restos de cloro o sal que lo resecan.
Nutrición desde adentro: una dieta rica en vitaminas y minerales es clave para un cabello saludable. Incorporá alimentos ricos en biotina, zinc y omega-3, como nueces, pescado y frutas, para fortalecer el cabello desde la raíz.
