La ola verde parece cubrirlo todo. No hay heladería, restaurante, confitería, casas de ropa, tiendas de juguetes y más que escape a la moda del pistacho, un fruto seco que ha trascendido la gastronomía y se ha transformado en todo un ícono. Pero, más allá de la moda, ¿es bueno para la salud?
La respuesta es sí, siempre que se consuma con moderación. Este pequeño fruto es una fuente de proteínas vegetales, fibra y grasas saludables, lo que lo convierte en un aliado para el corazón y la regulación del colesterol. Además, aporta minerales como potasio, fósforo y magnesio, y vitaminas del grupo B, esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
Su riqueza en antioxidantes ayuda a combatir el daño celular y a proteger la vista, gracias a compuestos como la luteína. También se asocia a una mejor regulación del azúcar en sangre, lo que lo hace interesante en dietas para personas con riesgo de diabetes tipo 2. Por su alto poder saciante, puede ser un buen snack frente a opciones ultraprocesadas.
Sin embargo, como todo fruto seco, el pistacho es calórico y debe incorporarse en porciones adecuadas: un puñado al día es suficiente.
Lo ideal es elegirlo lo más natural posible o tostado sin sal, ya que las versiones industrializadas suelen tener sodio o azúcares añadidos.
