Introducción
El plasma rico en plaquetas es un derivado sanguíneo concentrado obtenido mediante centrifugación de la sangre total que se caracteriza por poseer una alta concentración de plaquetas (4 a 6 veces sus valores normales).
La gran concentración de diversos factores tróficos contenidos en los gránulos de las plaquetas, han llevado a sugerir que la aplicación del plasma rico en plaquetas puede contribuir a estimular o acelerar la reparación y / o la regeneración de diversos tejidos.
Desde la primera aplicación del plasma rico en plaquetas en el tratamiento de úlceras cutáneas en 1980, se han realizado una gran cantidad de aplicaciones en muy distintos terrenos de la Medicina, (Oftalmología, Otorrinolaringología, Medicina Deportiva, Cirugía Máxilofacial y Estética), para el tratamiento de heridas quirúrgicas, patologías músculo- esqueléticas, quemaduras, reparación de nervios periféricos, etc. Algunas de estas aplicaciones han logrado resultados francamente positivos o muy prometedores.
La infiltración del sitio de la lesión con Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es un procedimiento que asegura una gran concentración de factores de crecimiento y sustancias biológicamente activas y con ello se ha logrado un efectivo tratamiento de diversas patologías asociadas al deporte.
El uso del PRP se ha extendido en numerosas especialidades médicas, incluyendo la traumatología y la medicina deportiva.
Su popularidad ha tenido un rápido crecimiento, sin embargo las diferencias en la aplicación de la técnica y la composición del PRP, ha hecho muy difícil comparar resultados y tener conclusiones firmes sobre su eficacia.
Preparación y uso del PRP
El PRP es preparado a partir de sangre del propio paciente lo cual tiene evidentes beneficios pero, como es bien sabido, las terapias basadas en un recurso terapéutico autólogo, a diferencia de lo que sucede con los fármacos, no suelen beneficiarse del soporte económico que posibilita y fomenta la realización de ensayos clínicos potentes.
El PRP se obtiene de la sangre autóloga y eso implica mínimos riesgos de transmisión de enfermedades, reacciones inmunológicas y cáncer.
Las plaquetas eran conocidas por su función clave en la hemostasia y en el control del proceso de sangrado tras una lesión. Hace quince años con los trabajos de Anitua y Sánchez se conoció su potencial regenerativo.
Las complicaciones con el uso del PRP son menores, aparece como un tratamiento seguro y con una variedad de efectos potenciales beneficiosos en los tejidos músculo esqueléticos lesionados.
La plaqueta sanguínea presenta túbulos y estructuras intracelulares donde se adsorben y concentran diversas proteínas que actúan como señales y mediadores en la activación de los complejos mecanismos de reparación de las lesiones en el organismo. Entre ellas, los factores de crecimiento son los más importantes. Los factores de crecimiento actúan sobre las membranas y no en el núcleo de las células, no son mutagénicos.
Hay una larga experiencia en el campo de la odontología y de la cirugía máxilofacial, donde su uso ha demostrado ser seguro.
Un estudio reciente de 808 pacientes, con un seguimiento mínimo de seis meses, no mostró la aparición de efectos adversos luego de la inyección de PRP en la rodilla.
Aunque los efectos adversos son inusuales, como todo procedimiento invasivo, puede haber riesgo de complicaciones en el sitio de la inyección, infección, lesión de vasos y nervios que se evitan con una buena asepsia y una técnica correcta.
Las plaquetas contienen un conjunto de proteínas antibacterianas en sus gránulos alfa que se denominan trombocidinas, que se liberan tras la activación plaquetaria y protegen al huésped frente a la infección.
El producto denominado como PRP es un preparado muy heterogéneo ya que es imposible su estandarización desde que se obtiene a partir de diferentes individuos cada vez y estos presentan un recuento de plaquetas en sangre que normalmente varía entre 150 y 450 x 103 x µl.
Asimismo, la presencia de otras células sanguíneas en el PRP: eritrocitos y/o leucocitos y la previa activación plaquetaria exógena, son todos factores que dan lugar a efectos biológicos diferentes.
Aunque existe consenso de que en general se deben administrar más de 1 x 106 plaquetas x µl, aún se discute el número mínimo de plaquetas que se deben administrar para cada indicación específica.
Es importante que se logre finalmente un consenso respecto a la estandarización del preparado de PRP para lograr una mejor comprensión de sus efectos terapéuticos y se puedan comparar resultados en estudios clínicos con un alto nivel de evidencia científica que demuestren su eficacia convincentemente.

                                    