Aunque este problema es más común en hombres, cerca del 30 % de la población femenina mundial lo padece. La alopecia es la pérdida de cabello.
La caída del cabello es algo natural, ya que forma parte de su proceso de crecimiento y es necesario que el pelo caiga para que otros nuevos lo sustituyan. Sin embargo, el problema de la alopecia surge cuando no se regenera el cabello a tiempo, provocando que la persona pierda el pelo de forma total o parcial.
¿Motivos?
El crecimiento del pelo se regula a través del sistema hormonal. Las situaciones de estrés, alteraciones hormonales derivadas de otras enfermedades , predisposiciones genéticas heredadas o el simple paso del tiempo suelen ser algunos de los motivos más comunes que provocan la caída del pelo.
Existen dos tipos de alopecia femenina:
Alopecia Androgénica
La más común. En este caso el cabello se vuelve más delgado y se pierde volumen en la parte superior de la cabeza. La caída del cabello es consecuencia de problemas hormonales que debilitan los folículos pilosos y estos a su vez producen menos pelo. Este tipo de alopecia suele estar relacionada con:
- El recambio estacional que hace el cabello.
- La herencia genética.
- Factores hormonales como los que se producen durante el embarazo, la lactancia o la menopausia.
Alopecia Areata
Este tipo es la que afecta solo algunas zonas localizadas del cuero cabelludo. Es una enfermedad autoinmune que puede tener diferentes condicionantes, entre ellos la genética, el estrés, cambios en la vida y las infecciones. Se desconoce su causa.
Tratamientos
Uno de los métodos para tratar la alopecia es el injerto capilar. Para realizarlo, el experto valorará varios aspectos, como si la caída del cabello se ha estabilizado o no o si la alopecia es difusa o localizada.
En el caso de la alopecia Areata, el tratamiento es totalmente distinto. Lo que más se usa son los corticoides, los inmunosupresores, la inmunoterapia de contacto, o tratamientos biológicos, entre otros. También se emplea el plasma rico en plaquetas y la mesoterapia.