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Artritis Reumatoidea: Desafíos del tratamiento precoz

 

La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad crónica inflamatoria, autoinmune, de etiología desconocida.

Afecta la sinovial articular, produciendo un proceso inflamatorio que es capaz de invadir el resto de las estructuras de la articulación y conducir a la destrucción del cartílago articular y a la formación de erosiones óseas.

En las fases muy tempranas de la enfermedad el tratamiento con inmunomoduladores limita la sinovitis y enlentece la producción de daño estructural, la discapacidad e incluso, en algunos casos, se puede lograr remisión completa, siendo el tratamiento precoz de la artritis reumatoidea, hoy, un objetivo real, según opinión del Dr. Miguel Albanese, Reumatólogo, directivo de PANLAR (Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología), el tratamiento precoz implica también importantes desafíos.

Desafíos al tratar AR temprana y muy temprana

El tratar tan precozmente a los pacientes con sospecha de esta enfermedad tiene como contrapartida la posibilidad de tratar algún paciente con inmunosupresores, que no tenga una AR. Por esta razón es fundamental hacer un diagnóstico correcto y descartar cuidadosamente otras causas de artritis que no requieren tratamiento con estos fármacos.

En segundo lugar es necesario conocer los factores predictivos, de progresión y de enfermedad severa, para identificar tempranamente las AR con peor pronóstico.

Existen algoritmos de predicción de la evolución de la AR aplicables a los pacientes con sinovitis muy temprana que ayudan a tomar decisiones terapéuticas.

Una vez descartados los diagnósticos diferenciales y en presencia de factores predictivos de persistencia yo severidad se debe iniciar el tratamiento remisivo lo antes posible.

Es necesario que el paciente consulte más precozmente. Hay data que sugiere que los pacientes demoran más de 3 meses en consultar al médico de primer nivel de atención porque no reconocen los síntomas como indicativos de enfermedad grave, y están desprevenidos en cuanto al beneficio que se obtiene con la consulta y el tratamiento precoz.

El retardo en la primera consulta es una barrera importante en la intervención temprana en AR. La segunda barrera se produce después que el paciente consulta en el primer nivel de atención, por la dificultad en acceder al especialista, retardando aún más el inicio del tratamiento.

Por estas razones se necesitan herramientas de comunicación más efectivas alertando a la comunidad que la AR no es una enfermedad benigna y que el diagnóstico y tratamiento precoz pueden cambiar el curso evolutivo de la enfermedad.

Una necesidad, no menos importante, es incentivar la comunicación fluida entre el médico del primer nivel de atención y el reumatólogo.

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