¿Las ballenas nos dicen algo sobre la salud humana? Sí, claro que sí. Porque las ballenas, majestuosos habitantes de los océanos, no solo son indicadores de la salud marina sino también un reflejo de las amenazas que afectan a las personas.
Al ser animales de gran tamaño y longevidad, los cetáceos acumulan en sus cuerpos contaminantes como metales pesados, plásticos y compuestos químicos, muchos de los cuales también impactan nuestra salud.
Estudiar su sangre, tejidos y comportamientos permite a los científicos comprender mejor los efectos a largo plazo de la contaminación, el cambio climático y las enfermedades emergentes.
Por ejemplo, el aumento de toxinas en las ballenas revela los niveles alarmantes de polución en los mares, un problema que también contamina nuestras fuentes de alimento y agua.
Además, las infecciones virales y bacterianas detectadas en estos animales marcan patrones de transmisión de enfermedades que podrían anticipar futuras amenazas zoonóticas.