El estudio “Tea consumption and therisk of atherosclerotic cardiovascular disease and all-cause mortality: The China-PAR project«, que se publicó en el European Journal of
Preventive Cardiology, una revista de la Sociedad Europea de Cardiología, relaciona el consumo frecuente de té, sobre todo del verde, al menos tres veces a la semana, con una vida más larga y saludable.
El consumo habitual de té se asocia con menores riesgos de enfermedades cardiovasculares y muerte por cualquier causa. En la investigación han participado 100.902 personas sin antecedentes de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y cáncer.
Pero ¿por qué el consumo de té verde se relaciona con una vida más longeva y saludable y no el negro o el rojo? La razón podría deberse al gran contenido de polifenoles que el verde contiene y que ayudan a proteger de las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo, incluyendo la hipertensión arterial y la dislipidemia. En el caso del té negro, al estar totalmente fermentado, sus polifenoles se han oxidado y podrían perder sus efectos antioxidantes. Además, este último se suele tomar con leche, lo cual, según investigaciones previas, puede contrarrestar los efectos favorables en la función vascular del té.
En un subanálisis por tipo de té, el consumo de té verde se relacionó con aproximadamente un 25% menos de riesgos de enfermedad cardíaca incidente, enfermedad cardíaca fatal, ataque cerebrovascular y muerte por todas las causas. Sin embargo, no se observaron asociaciones significativas para el té negro.
Los investigadores vieron cómo los efectos beneficiosos del té eran mayores entre consumidores habituales (consumo de tres veces a la semana o más) que entre personas que no lo tomaban habitualmente. De nuevo, la respuesta estaría en los polifenoles, que no se almacenan a largo plazo en el cuerpo, por lo que sería necesario ingerirlos durante un período prolongado para tener efectos cardioprotectores.
Los efectos protectores del consumo habitual de té se dieron más en hombres que en mujeres. Una de las razones podría ser que el 48% de los hombres eran consumidores habituales de té en comparación con sólo el 20% de las mujeres. En segundo lugar, las mujeres tenían una incidencia y una mortalidad mucho más bajas por enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Estas diferencias hacían que fuera más probable encontrar resultados estadísticamente significativos entre los hombres.
Los investigadores resaltaron el papel de estos ensayos para confirmar los hallazgos e incluirlos en las recomendaciones de estilo de vida y guías dietéticas.
Muy Interesante / Farmanuario.