Los equipos médicos del mundo se encuentran en la búsqueda constante de nuevos caminos para sus objetivos: mejorar la salud de las personas.
Con esa motivación, un equipo del Hospital Universitario de Fuenlabrada, en Madrid, España, desarrolló un tratamiento para el cáncer de páncreas que destaca por su innovación, con la finalidad de optimizar la calidad de vida del paciente y los resultados exitosos.
El tratamiento, según recoge el diario El Mundo, “ofrece menores efectos secundarios respecto a otras terapias y su objetivo es reducir el tamaño tumoral para que, a medio plazo, sea posible realizar su extirpación quirúrgica”.
“Se trata de una estrategia que combina braquiterapia con radiofármacos: radiación interna en la que, a través de una endoscopia guiada por ultrasonidos, se inyecta el principio activo dentro del tumor con una radiación muy controlada, de forma que se administran dosis importantes con mínima toxicidad”, recoge el diario, y agrega que se trata de un tratamiento está aprobado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Es cierto que no es la primera vez que se realiza un tratamiento de este tipo, pero sí es su debut en terreno sanitario español, lo que habla a las claras de su expansión.
«El tratamiento con el dispositivo Oncosil fue aprobado en Europa para uso clínico en mayo 2020, tras una prolongada fase preclínica y la presentación de los resultados del estudio pivotal PanCO en el congreso mundial de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) de 2020. El estudio PanCO, realizado en Australia, Bélgica y Reino Unido entre 2017 y 2018, incluyó 50 pacientes de 10 centros, con resultados consistentemente positivos en comparación con los regímenes de tratamiento estándar con quimioterapia o quimio-radioterapia en estos pacientes con cáncer de páncreas localmente avanzado», dijo al diario el jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Fuenlabrada.
Una paciente del hospital ya se ha sometido a este proceso y toleró sin complicaciones la administración de este isótopo radiactivo, que emite una radiación beta clave para que los efectos secundarios sean menores a los tratamientos habituales, y para que la lesión tumoral reciba una radiación milimétrica y controlada durante varios meses.
«La respuesta metabólica del propio tumor -que se controla mediante imágenes PET- y las relaciones vasculares de estos tumores localmente avanzados; es decir, con las arterias y las venas adyacentes al páncreas que son las principales responsables de que estos cánceres no puedan operarse. En el estudio PanCO la tasa de resección con intención curativa fue del 23,8%, que es también la que cabría esperar ahora», agrega el especialista.
Fuente: El Mundo / Portal Salud

