¿Y si un pequeño gesto puede hacer una gran diferencia? Sí, eso es lo que te proponemos: en esta cena navideña, en lugar de refrescos llenos de burbujas, probá elegir agua. Y vas a ver una serie de beneficios instantáneos, que te permitirán disfrutar mejor de la noche y, ¿por qué no?, de las delicias que quieras comer. A continuación, repasamos algunas razones.
Refrescos, jugos industrializados y opciones azucaradas aparecen como elección habitual en la cena de Nochebuena, pero optar por agua puede traer beneficios concretos para la salud. Y es que elegir agua no significa resignar disfrute, sino sumar bienestar.
1. Mejora la digestión. Las cenas navideñas suelen ser abundantes y ricas en grasas, sal y azúcares. El agua facilita los procesos digestivos, ayuda a prevenir la pesadez estomacal y favorece el correcto funcionamiento del intestino. A diferencia de los refrescos, no aporta gas ni azúcares que puedan generar hinchazón o malestar.
2. Reduce el consumo de azúcar y calorías. Un solo vaso de refresco puede contener varias cucharadas de azúcar. Al elegir agua, se evita una ingesta calórica innecesaria y se protege la salud metabólica, algo especialmente importante para personas con diabetes, sobrepeso o factores de riesgo cardiovascular. Además, permite disfrutar más conscientemente de los alimentos sin sumar excesos líquidos.
3. Favorece la hidratación real. El agua hidrata de forma eficaz, regula la temperatura corporal y colabora con el buen funcionamiento de órganos y músculos. En una noche larga, con comidas copiosas y posible consumo de alcohol, el agua ayuda a compensar la deshidratación y a sentirse mejor al día siguiente.

