Tanto la colitis ulcerosa (CU) como la enfermedad de Crohn (EC) son enfermedades crónicas, y enfrentarse a ellas exige estrategias de corto plazo (controlar el brote de inflamación), y otras de largo plazo (el tratamiento de mantenimiento y evitar complicaciones).
La Prof. Agreg. Dra. Beatriz Iade, de la Cátedra de Gastroenterología de la Facultad de Medicina de Montevideo Uruguay en equipo con la Dra. Ximena Pazos, Asistente de dicha cátedra presentan en Tendencias en Medicina una excelente puesta al día sobre lo que el médico de primer nivel debe saber sobre el tratamiento de la CU, presentamos a continuación la evaluación que se debe realizar tras un brote de CU.
Evaluación de la remisión tras un brote de CU
Una vez inducida la remisión clínica, se debe continuar con un tratamiento procurando mantener la remisión, que dependerá de la gravedad del brote, del fármaco utilizado para conseguir la remisión y de la respuesta clínica.
En todos los casos es necesario monitorizar la respuesta al tratamiento y la presencia de efectos adversos de los medicamentos.
En relación a la remisión actualmente se recomienda, que el objetivo sea la remisión clínica, paraclínica y endoscópica.
La remisión clínica se puede evaluar por los mismos índices que se utilizaron al evaluar severidad, en la práctica se considera remisión clínica cuando se tiene una frecuencia < 3 por día, las heces son formadas, sin sangrado ni urgencia. Sin embargo, la remisión clínica tiene una sensibilidad del 86% lo que significa que hay pacientes que aun sin síntomas mantienen actividad inflamatoria.
En esta situación la recaída/empuje es más precoz, de allí que, además de la clínica, es necesario evaluar periódicamente la actividad paraclínica y lo ideal también endoscópica. La calprotectina fecal es un test no invasivo que se relaciona a la actividad de manera más sensible que la PCR.
La endoscopía es el método más específico, y en casos de pacientes que han presentado empujes severos es necesario corroborar la remisión a los 6-9 meses. La curación de la mucosa en la colitis ulcerosa se asocia con un riesgo menor de recaída clínica, hospitalización, colectomía y riesgo de neoplasia asociado con colitis.
Cuando no se logra mantener la remisión se debe optimizar el tratamiento.
La optimización implica seleccionar la estrategia adecuada para cada paciente, de manera de controlar los síntomas rápidamente y lograr una remisión sostenida libre de esteroides, con buen perfil de seguridad.
El objetivo es cambiar la historia natural de la enfermedad, reducir las complicaciones, hospitalizaciones y cirugías, apuntando a mejorar la calidad de vida.
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