Con la llegada de marzo, un hecho inminente asoma en el horizonte: el verano llega a su fin. Y eso implica que el otoño está en las gateras de largada. Por eso, nos preguntamos: ¿cómo podemos preparar nuestro cuerpo para la llegada de la nueva estación?
La transición del verano al otoño implica cambios en la temperatura, la duración de los días y las rutinas diarias. Preparar nuestro cuerpo para esa transición es una buena opción para mantener un equilibrio tanto físico como emocional.
En primer lugar, podemos aprovechar para ajustar nuestra dieta. Incorporar alimentos de temporada, como frutas y verduras ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales. Estos fortalecerán el sistema inmunológico y ayudarán a combatir posibles resfriados o enfermedades estacionales. Lo mismo con aumentar la ingesta de alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, y mantener una hidratación adecuada.
Esta transición también es una buena oportunidad para no olvidarse de un hábito esencial: el ejercicio. A medida que las temperaturas bajan, es tentador quedarse adentro, pero es fundamental mantener la actividad física. El ejercicio contribuye a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar el estado de ánimo y aumentar los niveles de energía. Claro que se pueden considerar actividades que se adapten al clima más fresco, como caminatas, yoga o ejercicio en casa. También es buen momento para anotarse al club o gimnasio si estaba en los planes.
Por otro lado, el cambio en las horas de luz puede afectar el ciclo circadiano. Es un buen momento para intentar mantener una rutina de sueño consistente y crear un ambiente propicio para descansar. Evitar la exposición a pantallas electrónicas antes de dormir y establecer un horario regular para acostarse y despertarse es una buena idea.
Pese a que el verano queda atrás, hay que seguir cuidando la piel. Y es que, entre otras cosas, la transición estacional puede resecarla. Utilizá cremas hidratantes para mantenerla suave y saludable. Además, no olvides aplicar protector solar, ya que los rayos UV pueden dañar la piel incluso en días nublados.
Por último y no menos importante: cuidá tu bienestar mental. La adaptación a cambios estacionales puede afectar el estado de ánimo. Dedicá tiempo a actividades que te relajen, como la meditación o la lectura, y mantené activas tus relaciones sociales.