En un nuevo estudio se observo que el uso de somníferos por personas mayores con hipertensión se vinculó a un aumento subsiguiente en el uso de fármacos antihipertensivos.
El estudio prospectivo de cohortes fue publicado el 25 de marzo en la versión electrónica de Geriatrics and Gerontology International.
Una de cada cinco personas mayores en el estudio aumentó sus tratamientos antihipertensivos durante el seguimiento y, es conocido que mientras mayor es el número de fármacos, más alto es el riesgo de medicación inadecuada, reacciones adversas y menor adherencia al tratamiento.
Se incluyeron 752 pacientes de edad igual o mayor a 60 años (promedio: 69 años; 49% integrado por hombres), en una cohorte de personas de edad avanzada bajo tratamiento para hipertensión y fueron objeto de seguimiento de 2008 – 2010 a 2012 – 2013.
Al inicio se verificó duración del sueño autonotificada, calidad del sueño (por lo general tenían dificultad para dormir o mantenerse dormidos) y uso de somníferos (no se especificó el tipo utilizado) y se calculó el cambio en el número de fármacos antihipertensivos prescritos al final del seguimiento.
Se llevaron a cabo análisis con regresión logística y se ajustaron con respecto a características demográficas, estilo de vida, comorbilidad, número inicial de fármacos antihipertensivos utilizados y control de hipertensión.
Los resultados demostraron que la media de duración de sueño fue de 6,9 horas por noche. Una deficiente calidad de sueño fue reportada por 37% y 16,5% refirió que por lo general tomaba somníferos. El número medio de fármacos antihipertensivos utilizados fue de 1,8.
Durante el periodo de seguimiento, 156 pacientes (20,7%) aumentaron el número de antihipertensivos que estaban tomando. El consumo habitual de somníferos se asoció a un incremento en el riesgo de aumentar el número de antihipertensivos (odds ratio: 1,85; p = 0,02). Se observó la asociación independientemente de duración y calidad del sueño, índice de masa corporal, dieta, actividad física y control de la hipertensión.
Se plantea que algunos agentes hipnóticos pueden inducir inhibición parasimpática relacionada con atropina y taquicardia, así como hipertensión, y otros pueden aumentar el trastorno respiratorio durante el sueño, lo cual puede asociarse a hipertensión y en particular, hipertensión nocturna en pacientes de edad avanzada.
Otros posibles motivos de la asociación son los trastornos subyacentes del sueño que no se analizaron en el estudio (por ejemplo, ansiedad) y disminución de la actividad física a causa de sedación.
Desde un punto de vista clínico puede indicar la necesidad futura de antihipertensivos en personas que habitualmente toman somníferos. Esto podría ser el resultado de efectos desfavorables de agentes hipnóticos sobre los trastornos subyacentes del sueño, como apnea obstructiva del sueño o de interacciones con antihipertensivos que reducen su eficacia.
Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar esta asociación y dilucidar mecanismos fundamentales.
Al ser un estudio observacional, no se puede presuponer causalidad o falta de ella, pero es inquietante que el uso habitual de somníferos se asociara a más dificultades para tratar la hipertensión.
Se necesitan evaluaciones prospectivas de fármacos hipnóticos para documentar o descartar un papel causal directamente atribuible a los mismos.
La apnea obstructiva del sueño, un trastorno del sueño importante, se ha vinculado a un aumento en el riesgo de hipertensión y se ha demostrado que la presión respiratoria positiva continua para el tratamiento de la apnea del sueño mejora la hipertensión.
Este estudio plantea la importancia de la valoración y el tratamiento adecuados de los trastornos del sueño.
Medscape / Farmanuario.

