La encefalitis es el proceso inflamatorio que afecta el tejido cerebral. Es importante la distinción entre encefalitis y meningitis, siendo el estado de la función cerebral una característica distintiva, la cual es normal en la meningitis.
A pesar de lo expuesto, es frecuente el compromiso simultáneo de ambas estructuras dada la proximidad anatómica, acuñándose así el término de meningoencefalitis. La etiología puede ser infecciosa o no infecciosa, siendo más frecuente las infecciones por virus. En este análisis nos referiremos a la etiología viral por Herpes simple tipo 1 (VHS1). Los herpes virus son virus ADN que se caracterizan por su capacidad de quedar en estado latente en el tejido cerebral, pares craneanos y ganglios raquídeos reactivándose en situaciones de inmunosupresión.
Encefalitis por VHS1
La encefalitis por virus Herpes simple tipo1 (VHS1) es la causa más común de encefalitis esporádica fatal en todo el mundo. Es una enfermedad devastadora con importante morbimortalidad sin una terapia antiviral adecuada y precoz. Se estima una incidencia de 4 casos c/1.000.000 hab/año, no guardando relación con el sexo ni época del año, siendo más frecuente en inmunodeprimidos. Más del 90 % de las encefalitis por Herpes simple del adulto se deben al tipo 1 (90%). Aunque la infección puede ocurrir en todos los grupos etarios, presenta una distribución bimodal; presentándose un tercio de casos en menores de 20 años y el resto a partir de los 50 años, con un pico de incidencia entre los 60 y 65 años. En el periodo neonatal se debe al Herpes simple tipo 2 (80%), se asocia a herpes genital y es consecuencia de la trasmisión a través del canal de parto.
Huéspedes susceptibles
Son aquellos individuos portadores de mutaciones para los receptores Tipo Toll, los que normalmente actúan en la respuesta inmune innata. Se expresan en el SNC pudiendo prevenir la propagación del herpes virus desde los nervios craneales al cerebro a través de la producción de interferón.
Características clínicas
Las manifestaciones clínicas habituales incluyen alteraciones del nivel de conciencia que pueden ir desde la obnubilación al coma, confusión mental con alucinaciones, crisis convulsivas, cefalea y vómitos. Más del 90% de los pacientes se presentan con fiebre. En el curso de la enfermedad pueden instalarse elementos focales neurológicos como afasia y déficit motor, alteraciones amnésicas y pérdida del control de las emociones. En algunos casos pueden observarse manifestaciones por sufrimiento del tronco cerebral como parálisis de la mirada vertical, compromiso de pares craneales y síndrome cerebeloso por afectación de vías (puede afectarse además el órgano). Los trastornos neurosiquiátricos más frecuentes en agudo corresponden a delirio y psicosis. En la etapa postencefalítica pueden quedar secuelas neurocognitivas.
Para leer el artículo completo, revisión y caso clínico; escrito por las Dra. María Matskeeff y Dra. Cristina Pérez, click aquí.
Tendencias en Medicina Nº 51.

