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Enfermedades crónicas aumentan el riesgo de cáncer

 

La enfermedad cardiovascular, la diabetes, la enfermedad renal crónica, la enfermedad pulmonar y la artritis gotosa se asocian a más del 20% de los nuevos casos de cáncer y con más del 30% de la mortalidad por cáncer. Como contrapartida, la actividad física se asoció con una reducción de casi el 40% en el riesgo de cáncer asociado con esas enfermedades crónicas.

Así lo sugiere el estudio “Cancer risk associated with chronic diseases and disease markers: prospective cohort study”, elaborado por investigadores de The University of Texas; del Anderson Cancer Center de Houston, ambos de Estados Unidos; el National Health Research Institutes de Zhunan, Taiwan  y la China Medical University, entre otros organismos.

Existe evidencia sobre la asociación independiente de algunas enfermedades crónicas (por ejemplo diabetes y enfermedad renal crónica) con el desarrollo de cáncer. Sin embargo, hasta el momento no se había explorado la interacción de múltiples condiciones crónicas con esta enfermedad. Por otro lado, se había demostrado que la actividad física reduce la mortalidad por cualquier causa, pero el papel de la actividad física en la reducción del riesgo de cáncer asociado con enfermedades crónicas no estaba claro.

Los investigadores se plantearon el objetivo de evaluar las asociaciones independientes y combinadas de las principales enfermedades crónicas y de algunos marcadores de enfermedades con el riesgo de desarrollar cáncer y, además, se exploró el efecto de la actividad física para reducir el riesgo de cáncer asociado con enfermedades crónicas y marcadores de estas enfermedades.

Para eso realizaron un estudio de cohorte prospectivo, para el que se diseñó un programa estándar de exámenes médicos en Taiwán, del que participaron 405878 personas, entre quienes se evaluaron marcadores de enfermedad cardiovascular (presión arterial, colesterol total y frecuencia cardíaca), de diabetes, marcadores de enfermedad renal crónica (proteinuria y tasa de filtración glomerular), de enfermedad pulmonar y un marcador de artritis gotosa (ácido úrico). El estudio tuvo un seguimiento promedio de 8.7 años.

Se observó un aumento estadísticamente significativo del riesgo de cáncer incidental para las enfermedades crónicas seleccionadas y sus marcadores de forma individual (excepto la presión arterial y la enfermedad pulmonar), con cocientes de riesgo ajustados que varían de 1,07 a 1,44. Las enfermedades y sus marcadores se asociaron de manera estadísticamente  significativa con el riesgo de muerte por cáncer, con razones de riesgo ajustadas que van desde 1,12 hasta 1,70.

Los puntajes de riesgo de enfermedad crónica que resumen las enfermedades crónicas seleccionadas y marcadores se asociaron positivamente con el riesgo de cáncer de forma dosis-respuesta, con los puntajes más altos asociados con 2,21 veces (intervalo de confianza del 95%: 1,77 veces hasta 2,75 veces) y 4,00 veces (2,84  a 5.63 veces) mayor incidencia de cáncer y mortalidad por cáncer, respectivamente. Los puntajes altos de riesgo de enfermedad crónica se asociaron con mortalidad precoz (13.3 años de vida perdidos en hombres y 15.9 años de vida perdidos en mujeres).

Las fracciones de riesgo atribuibles poblacionales de incidencia de cáncer o mortalidad por cáncer de las enfermedades crónicas seleccionadas y sus marcadores fueron comparables a las de los cinco principales factores de estilo de vida combinados (incidencia de cáncer: 20.5% versus 24.8%, mortalidad por cáncer: 38.9% v 39.7%).

Respecto del efecto del ejercicio físico, entre los participantes físicamente activos (versus inactivos), el aumento del riesgo de cáncer asociado con enfermedades crónicas y sus marcadores se atenuó en un 48% y 27%, respectivamente.

Como conclusión se halló que tanto las enfermedades crónicas como sus marcadores se asociaron con un incremento de la incidencia y de la mortalidad por cáncer. Esta asociación se verificó para cada condición en forma individual como combinada.

Fuente: RIMA / British Medical Journal

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