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Esclerosis múltiple: la enfermedad de “las mil caras”

La esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta a personas jóvenes, que genera diferentes síntomas en cada uno, por ello se la suele conocer como “la enfermedad de las mil caras”. Se manifiesta en empujes y períodos sin síntomas.

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria, inmuno-mediada que afecta principalmente al sistema nervioso central. Su causa es aún desconocida y se cree que es debida a una respuesta inmunitaria inadecuada a un factor ambiental, en individuos genéticamente predispuestos.

Esta patología se produce cuando el sistema inmune “se equivoca”, reaccionando contra su propia mielina, lesionando las fibras nerviosas y produciendo su desmielinización. La mielina es la sustancia blanca del SNC que recubre, protege y aísla las células nerviosas, actuando como “cinta aisladora”, lo que genera que la conducción a través de los nervios sea más rápida. Al ser atacada, el nervio queda al desnudo y también es atacado, produciendo lesiones y secuelas neurológicas, lo que la vuelve una enfermedad potencialmente discapacitante.

Afecta a individuos jóvenes de entre 20 y 40 años, y predomina en el sexo femenino en relación 2/1. Es una enfermedad que se presenta con empujes y remisiones, es decir, existen períodos asintomáticos (en particular bajo tratamiento) y evoluciona en empujes o crisis. Los empujes pueden durar hasta 4-5 semanas. Aparece en horas o días, alcanza una meseta donde se mantienen los síntomas incambiados y posteriormente empieza a recuperarse.

Se debe pensar en EM cuando se encuentra entre la edad de afectación y se presentan síntomas neurológicos  de instalación brusca y/o rápidamente progresiva. Los síntomas neurológicos son muy variados dependiendo de la localización de las lesiones y la forma de la enfermedad.

A continuación se mencionan algunos síntomas frecuentes en el debut de la enfermedad, los cuales pueden presentarse en forma aislada o combinada:

  • Neuritis óptica: es frecuente como forma de presentación. Cursa con disminución de la agudeza visual, visión de un punto negro central, dolor ocular y alteración en la visión de los colores. Todo paciente con una neuritis óptica aislada debe ser evaluado por un neurólogo.
  • Visión doble, dificultad para mover un ojo.
  • Debilidad y disminución de fuerzas: es común que se presente como paraparesia (disminución de fuerza en los brazos o en las piernas) o tetraparesia (afecta los 4 miembros).
  • Dificultad para medir la distancia requerida para realizar un movimiento específico.
  • Mareos o problemas de equilibrio.
  • Dificultad para articular palabras o sonidos.
  • Dificultad para coordinar movimientos o al caminar (marcha “ebriosa”).
  • Dolores nerviosos, “tipo quemazón”. En particular se presenta como neuralgia del trigémino en adultos jóvenes.
  • Sensación de corriente eléctrica que corre por la columna y que puede extenderse a brazos y/o piernas al flexionar la región cervical.

La EM no es contagiosa, ni hereditaria ni mortal. El curso de la enfermedad es de difícil pronóstico y va cambiando a lo largo de la vida. Por lo tanto no hay un único tratamiento sino distintas alternativas terapéuticas para distintos momentos de la evolución de la enfermedad.

El 30 de mayo se conmemoró en Uruguay el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, una enfermedad que padecen 22 personas cada 100.000 habitantes (entre 2.000 y 2.500 uruguayos), de los cuales 70% son mujeres, siendo la prevalencia más alta de América Latina.

Hola Salud / Farmanuario.

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