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Factores de riesgo para la infección intrahospitalaria por Clostridium Difficile

 

Los pacientes hospitalizados tienen un mayor riesgo de desarrollar una infección por Clostridium difficile si recibieron durante su estancia inhibidores de la bomba de protones, antagonistas H2, sucralfato o uno de varios antibióticos específicos, según un estudio multicéntrico retrospectivo publicado en Clinical Infectious Diseases.

Aunque el mecanismo para aumentar el riesgo de infección sigue sin estar claro, «los resultados respaldan la necesidad de guías para el manejo de los antibióticos de alto riesgo y los medicamentos que alteran la regulación del ácido gástrico», escribieron el Dr. Troy Watson, (doctor en farmacia), y sus colaboradores del Hospital Corporation of America, en Nashville, Estados Unidos. «Además, el impacto de suspender la terapia de regulación del ácido gástrico junto con la administración de antibióticos podría reducir en gran medida la incidencia de infección intrahospitalaria por Clostridium difficile».

Los autores encontraron que los carbapenémicos, las cefalosporinas de tercera y cuarta generación, el metronidazol y la piperacilina/tazobactam aumentaron el riesgo de desarrollar una infección por C. difficile. Sin embargo, el riesgo disminuyó con el uso de clindamicina, macrólidos y tetraciclinas.

«Los hallazgos de clindamicina son algo sorprendentes ya que la clindamicina ha sido clasificada como de alto riesgo para el desarrollo de una infección por C. difficile, tanto en el hospital como en la comunidad», escriben los autores. «Este hallazgo puede deberse al uso reducido de clindamicina a lo largo del tiempo». Los resultados que sugieren un posible efecto protector de la tetraciclina y los macrólidos coinciden con los resultados de investigaciones anteriores, escriben.

Para identificar los factores de riesgo, Watson y sus colaboradores analizaron los datos de 1.237.537 adultos mayores de 18 años, dados de alta de 150 hospitales de un extenso sistema de salud de Estados Unidos (Hospital Corporation of America) entre el 1 de octubre de 2015 y el 30 de septiembre de 2016. Los investigadores se enfocaron en las infecciones intrahospitalarias y no incluyeron a pacientes embarazadas o que dieron a luz, pacientes con datos faltantes o con una prueba positiva en heces de C. difficile dentro de los primeros 3 días en el hospital.

Los investigadores también evaluaron los datos demográficos, de medicamentos y de laboratorio de los pacientes en su análisis, centrándose en dos clases de medicamentos previamente asociados con la infección por C. difficile: medicamentos supresores o que protegen contra el ácido gástrico, y antibióticos.

En general, 4.587 (0,37%) pacientes tuvieron una infección por Clostridium difficile intrahospitalaria. En promedio, los pacientes con esta infección fueron más propensos a ingresar por cuidados intensivos a largo plazo, y tener un índice casuístico más alto y más días en cuidados intensivos, tomaron antibióticos por más tiempo, y presentaban diabetes, enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa. Por cada año adicional en edad de los pacientes, el riesgo de esta infección aumentó un 0,5%, y las mujeres tuvieron 1,2 veces mayor probabilidad de desarrollar una infección que los hombres.

Los pacientes que recibieron inhibidores de la bomba de protones tuvieron una probabilidad 44% mayor de desarrollar una infección intrahospitalaria por C. difficile, los que recibieron antagonistas H2 tuvieron una probabilidad 13% mayor, y los que recibieron sucralfato tuvieron una probabilidad 37% mayor (p< 0,001; para cada uno).

Los antibióticos asociados con un mayor riesgo para la infección por C. difficile incluyen a los carbapenémicos, cefalosporinas de tercera y cuarta generación, metronidazol y piperacilina/tazobactam, que varían de una probabilidad 1,25 a 2,28 veces mayor (p < 0,001). Los pacientes que recibieron dos o más antibióticos diferentes tuvieron una probabilidad 1,65 mayor de esta infección.

Mientras tanto, los pacientes tenían un menor riesgo de infección si recibían tetraciclinas, macrólidos o clindamicina (odds ratios: 0,339 – 0,704; p < 0,005; para cada uno).

Además, «la combinación de los inhibidores de la bomba de protones con fluoroquinolonas, cefalosporinas de tercera generación, cefalosporinas de cuarta generación, clindamicina o carbapenemicos no alteró significativamente las probabilidades de la infección intrahospitalaria por C. difficile», informan los autores. Este último hallazgo contradice los resultados de un metanálisis anterior «que concluyó que el uso de los inhibidores de la bomba de protones y antibióticos en conjunto conducen a un mayor riesgo que los inhibidores de la bomba de protones solos», escriben.

Una limitación de investigación adicional, según los autores, es la posibilidad de posibles factores de confusión que no se midieron, incluidos los «medicamentos ambulatorios y sustancias de venta libre sin prescripción (por ejemplo, probióticos), dosis, duración de la exposición, factores del estilo de vida, y hospitalización o uso de medicamentos previos».

Para ver estudio click aquí.

Fuente: Medscape

 

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