Los alimentos con un alto contenido de calorías son los protagonistas absolutos del invierno, ya que aportan un extra de energía para ayudar a mantener la temperatura corporal. Los frutos secos son un aliado casi perfecto para esta época del año, especialmente, por su alto potencial energético y valor nutricional.
Los cambios de temperatura obligan a adecuar nuestra alimentación a las nuevas condiciones. En épocas frías como las que estamos transitando, existen alimentos que ayudan a afrontar mejor el invierno, cuando el metabolismo se relentiza y necesitamos llevar una dieta adecuada que canalice la energía hacia los órganos internos.
El secreto de los frutos secos está en que no solamente aportan una cantidad considerable de calorías sino que, por el contrario de otros alimentos, sus grasas son de origen vegetal, muy beneficiosas para nuestra salud.
Las grasas que contienen son principalmente: monoinsaturadas, cuyo consumo está asociado con la disminución de lipoproteínas de baja densidad y colesterol, la reducción de la presión arterial y el aumento de linfocitos; y polinsaturadas o también conocidas cómo ácido linoléico, consideradas esenciales ya que el cuerpo no las produce y ayudan a disminuir la grasa corporal, aumentar la masa muscular y prevenir enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Es recomendable consumir los frutos de temporada, ya que es cuando conservan mejor sus propiedades. Sus usos gastronómicos son muy variados, no solamente pueden comerse asados o frescos, en puré o aceites, sino que complementan ensaladas y postres.
Otra razón para consumirlos
Los frutos secos tienen altas concentraciones de flavonoides, es decir, antioxidantes que se cree tienen efectos antiinflamatorios, anticancerígenos y protectores del corazón. De la misma forma, también acceden a las áreas del hipocampo del cerebro que son responsables del aprendizaje y la memoria. Los científicos creen que estos flavonoides inducen efectos neuroprotectores, lo que lleva a la “neurogénesis” o al “nacimiento” de nuevas neuronas, además de mejorar el flujo sanguíneo al cerebro. Pero, ¿cómo se traducirían estos beneficios en la actividad eléctrica cerebral? Para encontrar una respuesta, el equipo de investigadores de la Universidad de Loma Linda en Beaumont, California, pidió a un grupo de observación que consumiera regularmente frutos secos para permitir que un electroencefalograma midiera su actividad cerebral. En concreto, los voluntarios tomaron almendras, pecanas, pistachos, anacardos y nueces, regularmente, experimentando una secuencia de mejora de las tareas de conciencia sensorial.
Es recomendable consumir los frutos de temporada, ya que es cuando conservan mejor sus propiedades.
Los mejores frutos de temporada
Almendras
Tienen un importante aporte de carbohidratos y azúcares, y el 65 % de sus grasas son monoinsaturadas. También contienen proteínas, fibras, agua y minerales esenciales como magnesio, potasio, calcio, hierro y cobre, entre otros.
Nueces
La mitad de sus grasas son polinsaturadas, muy ricas en proteínas, fibras, azúcar y vitaminas A, B, C y E. Además, tienen magnesio, calcio, hierro y se las considera una gran fuente de antioxidantes.
Avellanas
Al contrario de las nueces, las avellanas tienen la mitad de sus grasas monoinsaturadas. Aportan proteínas y minerales, así como gran cantidad de vitaminas. Una alternativa a su consumo es a través del aceite de almendras, destacado por su alto contenido de vitamina E.
Frutas deshidratadas
Tienen las mismas propiedades que las frutas y se caracterizan por su aporte calórico y energético. Su gran versatilidad permite utilizarlas en preparaciones dulces y saladas, así como en recetas frías y calientes.
Hola Salud / Farmanuario.